Aunque hemos podido practicar el senderismo durante el sábado y el domingo, lo mejor ha sido el ambiente. Excelente. Al mismo tiempo que unas jornadas montañeras, han sido también gastronómicas. Hemos comido, mucho y muy bien. Todos hemos aportado algún plato. Bacalao al Pil Pil. Un plato típico marinero vasco. También se hicieron espaguetis carbonara, deliciosos. Espinacas con bechamel, exquisitas. Espinacas con piñones y pasas, con Roquefort, un manjar. Endivias con Roquefort y dátiles con Roquefort. Un lujo. Distintas ensaladas. Fresas con nata. Una excelente tarta de chocolate, era el cumpleaños de una de las tres Isabel. Desayunos intensos y deliciosos. Me es imposible describir todo lo que comimos. Pero todo exquisitamente preparado. Y muy bien acompañado muchos y buenos vinos. Cervezas, licores, café
La noche del sábado al domingo, pudimos disfrutar del eclipse de Luna. Una autentica maravilla. De lo más hermoso que he visto. La Luna, parecía una bola como las de un árbol de Navidad y que estaba colgada de algún punto del universo. El colorido de la misma, un anaranjado intenso, a la que las manchas de los cráteres y montañas lunares, daba una vista espectacular. Durante más de media hora, pudimos disfrutar de un autentico espectáculo cósmico, al que una noche totalmente despejada acompañada de un cielo cubierto de estrellas, daba el punto justo para ser perfecto. Una maravilla inolvidable.
La mañana del sábado tras desayunar. Nos dispusimos a hacer una ruta. Yegen-Joraraitar-Yegen. 16 kilómetros ida y vuelta. No todos hicimos el recorrido de vuelta. Un recorrido muy bonito, sobre todo en su primer tercio en el que se atraviesa un paraje de cárcabas con terrenos muy erosionados y un colorido que recuerda mucho a Las Médulas en su forma pero con más amplitud de colorido. Tras pasar este paraje, atravesamos una zona desértica y donde se encuentran algunos invernaderos y cultivos. Es prácticamente un recorrido en su tramo de ida, en casi constante descenso, hasta el último tercio, donde se afronta un duro ascenso hacia Joraraitar. A partir de cruzar un arroyo. Si bien hay distintos ascensos y descensos, este tramo es el más duro. Una vez en Jorairatar y tras las amables indicaciones de un paisano, pudimos relajarnos y refrescarnos, nunca mejor dicho, en un bar del pueblo, donde dimos cuenta de distintas, deliciosas y abundantes tapas, a un muy buen precio. Tras este tapeo y comer a la sombra de una casa, decidimos como volver al tener algunos algún que otro contratiempo. Unos lo hacemos en “taxi” y otros caminando por el camino que nos condujo a Jorairatar
La climatología, fue un duro rival. Tiempo despejado y soleado. No muy alta la temperatura, pero una sequedad en el ambiente, que castigaba mucho. Hacía muchos años, que no encontraba un ambiente tan seco. Fue duro. Y para quienes hicieron el camino de regreso andando, muy duro.
Esa tarde-noche y tras relajarnos y preparar la cena, nos dispusimos a disfrutar de la cena. Difícil era superar el nivel de la cena del viernes. No se superó, pero el nivel, fue el mismo. Ya he dicho que el nivel gastronómico, ha sido muy elevado.
El domingo, tras desayunar, hicimos una pequeña ruta, por “Las Médulas” alpujarreñas. Algo más corto, unos siete kilómetros, ida y vuelta, para estirar las piernas. Una zona muy hermosa, con distintos contrastes de colores y aromas. Las sensaciones odoríferas, constantes y variadas. Tras este breve paseo. Vuelta a relajarnos y a disfrutar de otra jornada gastronómica que no envidiaba nada a las anteriores. Con el complemento de una pequeña celebración. Todas las sobremesas, han sido muy buenas.
Un fin de semana de alto nivel. Por el lugar. Por la gastronomía. Por el ambiente. Y sobre todo, por los componentes. Una convivencia que va a ser muy difícil superar y si es superada, desde luego que será inolvidable.
De camino. Una mirada a Sierra Nevada. El Veleta y el Mulhacen en el centro.
Atardecer en ruta
Comenzamos con imágenes de las pateadas:
¿Donde estamos?
¿En Afganistán?
No. En La Alpujarra. A la Izda. Mecina Bombarron. A la Dcha. Yegen.
Como no podía ser menos, una paradita a comer algo.
Nuestro destino. Jorairatar:
Indicativo y 4x4 "autóctono"
Vadeando un "caudaloso" arroyo:
A un paso de entrar en el pueblo.
Merecido descanso y refrigerio
Ya por la noche, y tras cenar (tranquilos, ya pondremos las fotos de las comidas), a observar el espectacular eclipse de Luna
Pasamos al domingo, día 4:
Amanecer
Esta “visita” se introdujo el día anterior, en la manga de una cazadora de una de las chicas. Al tomarla el domingo a la mañana, cayó a l suelo, con el evidente susto y grito “terrorífico”:
Imágenes de la ruta:
Jorairatar. Fuente de Los Caños.
Lavadero.
Pasamos ahora a mostraros algo de la gastronomía disfrutada en estas jornadas:
Bacalao al Pil Pil
Espaguetis carbonara
Espinacas con piñones, pasas y Roquefort.
Espinacas con bechamel y refrito de carne. Ensaladas.
Fresas con plátano.
Tarta de cumpleaños (Isabel)
Estas son las fotos más representativas. En unos días, expondremos alguna otra.
Saludos montañeros.
GESP