Después de varios años prestando servicio…
Acariciado por la brisa matutina, adormecido por el calor de mediodía, acurrucado en los días de frío…, pero sin fallar nunca. Balanceado por vientos, zarandeado por tempestades…, pero siempre atento y preparado. De guardia durante el día y en vela durante la noche, después de haber pasado sed y bebido mucho agua, una dama vestida de blanco pasó a su lado durante una luminosa madrugada y besó su boca. Él, cansado de estar solo y embelesado por la compañía de tan bella joven, estalló de contento y se fue con ella para siempre.
Un saludo.