Si no el fin de la sequía meteorológica, muchos se preguntan si la dinámica atmosférica cambiará. Son también muchos los que se arrancan en lamentos y más si son agricultores profesionales o son propietarios de una pequeña huerta que cultivan con fruición esperando que la tierra dé sus frutos. La sequía es un fenómeno con el que la Península Ibérica ha bregado a lo largo de los siglos de su dilatada historia y basta para ello asomarse a las páginas de Historia del Clima en España que nos legó el siempre inolvidable Inocencio Font Tullot. En efecto, se constatará que en este exhaustivo tratado, a partir del siglo XV, cuando las fuentes y crónicas historiográficas empiezan a abundar, todo se reduce a una crónica donde sequías muy dilatadas se alternan con diluvios, riadas y desbordamientos de ríos y riachuelos. En el siglo XVII y coincidiendo con el pico de lo que se ha venido a llamar la Pequeña Edad del Hielo, a esta crónica de calamidades agrícolas y humanas se unen, además, nevadas intensas y que dejaron en sitios tan infrecuentes como Sevilla capital hasta medio metro o más de nieve. La idea central se reduce a que la sequía es un fenómeno cíclico casi consustancial a nuestro clima mediterráneo( y no olvidemos, que con sus matices, dicho tipo climático, abarca todo nuestro territorio excepto el noroeste y toda la cornisa cantábrica). Conviene no olvidar, no obstante, que también Galicia y toda la cornisa cantábrica sufren de sequía meteorológica en mayor o menor grado.
Como muestra de todo lo que acabo de decir, el mapa del SPI o Índice Estandarizado de la Precipitación que elabora AEMET y resume, creo que bastante bien, todo lo que ha dado de sí el panorama pluviométrico peninsular en los últimos tres años:
La sequía empieza a ser muy preocupante en Galicia, Cataluña,Extremadura y amplias zonas de ambas submesetas y Andalucía. El pasado mes de septiembre no ha caído ni gota en muchos lugares y esto también hace saltar todas las alarmas( y todos los quejidos y lamentos). Font Tullot achaca las sequías meteorológicas a patrones de bloqueo anticiclónicos. Aunque la presencia casi sempiterna del anticiclón de las Azores al oeste peninsular no puede considerarse una situación de bloqueo in sensu stricto, es indudable que un azoriano fuerte y con su correspondiente dorsal en altura bien armada es garantía de que lloverá poco o muy poco( si es que llega siquiera a llover). Por otro lado, aunque la NAO, esa teleconexión que resulta del todo determinante en la vertiente atlántica, se mantiene actualmente ligeramente positiva, la tendencia en los próximos días es a un sostenido y nuevo ascenso. Esto también es aplicable al índice de la AO u Oscilación Ärtica que también se mantiene positiva o ligeramente positiva aunque todos los ensembles sean unánimes en apuntar hacia abajo:
Revisando la evolución de este índice en el pasado verano, se constata que también se ha mantenido en valores ligeramente positivos o neutros. En los próximos días se alcanzará un máximo relativo y positivo y los ensembles son unánimes en hacerlo subir de nuevo para, posteriormente bajar. Aunque las predicciones de la AO y la NAO de la NOAA dejan mucho que desear( más que nada porque son inciertas y cambian cada día) diríamos que ambos índices, observados conjuntamente, dejan un resquicio para la esperanza casi ya finalizando el presente mes de octubre...y digo resquicio solamente...curiosamente, ayer, entró en escena una depresión tropical que se ha convertido ya en tormenta tropical y a la que se ha nominado Ophelia. Las predicciones apuntan que Ophelia seguirá cuasiestacionaria bastantes millas al oeste del archipiélago canario y con una lenta evolución, y ella misma junto a esta hipotética evolución podría hacer mella en la sempiterna dorsal y dejar la puerta atlántica, si no abierta, por lo menos entreabierta.
Las interacciones entre el Chorro Polar y los sistemas de tipo tropical son siempre difíciles y sería raro que los modelos globales atinasen a la primera, y más faltando tantas horas. Nos limitaremos, como siempre, a unas breves reseñas de lo que podría ocurrir tirando de la predicción probabilista...vayamos a ello.
A 96 horas vista, tanto la posición como la profundidad total que la baja puede alcanzar en superficie resulta algo incierta:
Mirando el mapa de la derecha y tratando las zonas sombreadas como lo que se llama un "cono de incertidumbre",Ophelia se movería dentro de los márgenes marcados por él. En niveles medios, Ophelia se revela como una onda corta y con poca amplitud:
Al oeste y a retaguardia se ha configurado una vaguada planetaria cuya longitud y amplitud están afectadas de cierta incertidumbre. Se adivina, por tanto, que habrá interacción, que Ophelia será engullida por el Chorro Polar integrándose en él y siendo trasladada hacia el este inmersa en la enorme onda de Rossby configurada al norte de ella.
A 120 horas vista, Ophelia ya ha sido "engullida":
En ambos mapas se observa un máximo de viento a niveles medios y altos que repercutiría en la profundidad que la baja alcanzaría en superficie. Haciendo "zoom" sobre Europa:
El determinista tiene claro que la profundidad final de la baja rondaría los 1000 hPa y la incertidumbre se centra más bien en las isobaras aledañas al núcleo y si llegará a interactuar con otra baja frente a Irlanda para fundirse ambas y formar un solo sistema. Esa es la solución que propone el determinista a 144 horas. El problema es que sumanos incertidumbres ya a 96 y 120 horas y la suma de incertidumbres crece no de forma lineal si no exponencial. En el interín, sin embargo, parece muy probable que la interacción vaguada profunda-baja en proceso de extratropicalización, obligue a la dorsal a recular hacia el Mediterráneo:
Y pienso que más o menos hasta aquí puede leerse y hasta mucho me he aventurado. El caso es que con una dorsal más hacia el este, la "puerta atlántica" queda mucho más entreabierta que antes. Los escenarios que propone el determinista a un plazo mayor pueden llegar a ser "historias" mejor o peor intencionadas.
Creo que lo importante es que tenga que venir una perturbación de naturaleza tropical para romper la monotonía anticiclónica que resultaba ya agobiante en ambos sentidos: literal y figurado. No sabemos aún lo que pueda presentarse la semana próxima pero sí, esperemos, sea una situación sinóptica distinta. También omito la actualización de la predicción semanal del modelo del Centro Europeo porque es deprimente ya que no se ve más que temperatura muy por encima de la media y ausencia de precipitaciones durante, por lo menos, dos semanas. Tenemos algo que seguir, lo seguiremos y, también, por qué no, algo en lo que hemos fundamentado cierta esperanza para romper este eterno "veroño". Saludos.