Estamos inmersos en una situación anticiclónica que está provocando que tengamos una prolongación del verano, teniendo temperaturas más propias de principios de septiembre y ausencia de lluvias generalizada en toda la Península. Se espera que esta situación se prolongue una semana más, aunque las temperaturas irán bajando poco a poco e iremos teniendo mercurios más propios para estas fechas
Para la próxima semana, los modelos van poniéndose de acuerdo en que se producirá un descuelgue de una borrasca procedente del Atlántico, que podría cambiar el panorama meteorológico que tenemos a día de hoy y tener un tiempo más dinámico a partir de finales de la semana que viene.
Ahora bien, los modelos no están de acuerdo en el desplazamiento de la borrasca, puesto que en determinadas salidas desplazan más el frente hacia la Península mientras que en otras lo dejan más al Norte, afectando únicamente al Noroeste peninsular (Galicia, Asturias y Norte de Castilla y León).
A largo plazo el debilitamiento de la dorsal puede traer consigo un aumento de la inestabilidad y vía libre para que los frentes puedan entrar con mayor facilidad a la Península y traer lluvias generalizadas a todo el país.
Si la borrasca Atlántica viene precedida por otro/s frente/s y ésta primera consigue debilitar la dorsal que tenemos actualmente ocupando la mayor parte de Europa, es probable que podamos tener lluvias en amplia parte de la Península, pudiendo ver acumulados generosos en muchos lugares de España y tener una segunda quincena de octubre húmeda y más fresca. No siempre tiene por qué cumplirse este panorama, puesto que otros factores también influyen en el resultado final y una premisa no tiene por qué cumplirse al 100% en todos los casos.
Veamos los escenarios que plantean los modelos actualmente: el americano es el que apoya la teoría que pongo aquí arriba, desciende la borrasca hacia la Península y da así vía libre para que los otros frentes puedan afectarnos en mayor medida y así tener un panorama más inestable y precipitaciones generalizadas en toda la Península (más cuantiosas cuanto más al Oeste).
El europeo es más reacio ya que no hace descender la borrasca hacia la Península y no debilita tanto la dorsal que está situada sobre nosotros, aunque con el paso de los días la inestabilidad iría ganando terreno. El canadiense también muestra el mismo panorama que el europeo y la estabilidad se alargaría hasta mínimo el 15-16 de octubre.
Los índices AO y NAO son igualmente importantes para analizar si va a haber un cambio de situación o no. En este caso, no se producirán grandes oscilaciones en los valores aunque se mantendrán en valores negativos, lo que nos hace presagiar que los cambios que se comentan pueden producirse (conforme vayan pasando los días éstos irán cambiando).
Desde mi opinión y habiendo analizado los modelos, creo que los cambios no tardarán mucho en llegar, pues las previsiones estacionales de AEMET y el CFS son halagüeñas y pronostican un otoño con mayor probabilidad de que sea húmedo o normal en casi toda la Peninsula, aunque hay que recordar que las previsiones estacionales no siempre se cumplen y hay veces que fallan.
Toca esperar a que los días vayan avanzando y que los modelos se aclaren. La atmósfera es un sistema complejo que siempre está en movimiento, y cualquier cambio mínimo que hay en ella produce un resultado distinto.