Dejando a un lado las previsiones a largo plazo, yo me fijaría un poco más a medio plazo.
Los modelos llevan ya varias salidas y varios días confirmando la llegada de un pequeño embolsamiento de aire relativamente frío de evolución retrógrada a partir del miércoles. Digo relativamente frío, porque en realidad no se trata de un embolsamiento de aire frío, pero si que supone una burbuja dentro de la masa cálida que nos afecta.
Dicho embolsamiento se acercará a las costas mediterráneas españolas procedente de la zona argelina y de cara al miércoles, coincidiendo con un debilitamiento de las altas presiones europeas, parece que conseguiría profundizarse un poco.
Esto iría acompañado de vientos de levante, que aunque no muy marcados, arrancarían del Mediterráneo más oriental, lo cual garantiza una recarga de humedad nada despreciable, si bien el contraste de temperaturas entre la superficie marina y la masa de aire advectada no es el óptimo.
A parte de esto hay que añadir la energía acumulada durante los últimos días, traducida en parte en valores muy altos de CAPE y muy bajos de LI, que favorecerán los disparos convectivos, junto con divergencia en las capas altas en toda la vertiente mediterránea.
Resumiendo, la segunda mitad de esta semana podemos tener meneo en la zona levantina, tanto en costas como en el interior, y aunque no sea una situación de inestabilidad generalizada y acusada, podemos tener más de una sorpresa en forma de tormentas intensas, a ver si es verdad