Sequía prolongada en algunas regiones
A principios de 2004, la sequía continuó azotando la parte oriental de África del Sur, Mozambique, Lesotho y Swazilandia. Sin embargo, el aumento de las precipitaciones en la última mitad de la estación de lluvias fue relativamente beneficiosa para los cultivos en África austral. La estación de lluvias (de marzo a mayo) fue más corta y más seca de lo habitual en partes del Gran Cuerno de África, causando una prolongada sequía en esta región. En regiones aisladas del sur y en diversas partes de Uganda, la sequía alcanzó proporciones jamás registradas desde 1961. En Kenya, el fin prematuro del largo período de lluvias de 2004 agravó la sequía provocada por varios años de escasas precipitaciones en muchas regiones. De acuerdo con las previsiones, la producción de alimentos en Kenya fue aproximadamente 40% inferior a la normal. En Somalia, a pesar de las abundantes lluvias registradas en 2004, persisten también condiciones de sequía que prevalecen desde hace muchos años y amenazan la agricultura y la seguridad alimentaria en la región. En Eritrea, que lucha contra las consecuencias de la sequía desde hace casi cuatro años, las escasas precipitaciones durante los meses de marzo a mayo, contribuyeron a exacerbar los problemas relativos a la escasez de agua potable.
En la India, durante la estación del monzón estival (en el sudoeste del país) de 2004 (de junio a septiembre) la precipitación fue inferior en 13% a los valores normales en todo el país, registrándose condiciones de sequía moderada en un 18% del país. En Pakistán, debido a las escasas lluvias caídas en julio y agosto se recrudeció el problema de la prolongada sequía que prevalecía desde la primavera boreal. En Afganistán, continuaron imperando en 2004 las condiciones de sequía que venían azotando al país durante los últimos cuatro años, debido a las escasas precipitaciones en los meses de marzo y abril. En el sur de China, persistieron las condiciones de sequía de agosto a octubre, provocando la peor sequía de los últimos 54 años en esa región.
En gran parte del sur y del este de Australia la sequía hidrológica se prolongó como consecuencia del déficit de lluvias en esa región, desde que se registró la grave sequía en ese país, de 2002 a 2003. En algunas zonas del oeste de los Estados Unidos de América prevalecieron las condiciones de sequía moderada a grave por quinto año consecutivo. La situación mejoró ligeramente en septiembre y octubre, aunque la prolongada sequía sigue azotando ciertas partes de esta región. Debido a las temperaturas veraniegas superiores a las normales y a las condiciones secas, en Alaska la superficie arrasada por incendios forestales alcanzó proporciones nunca vistas.
Abundantes precipitaciones e inundaciones en muchas otras regiones
En 2004, las precipitaciones fueron superiores a la media en todo el mundo, por lo que éste ha sido el año con el índice de humedad más elevado desde el año 2000. En el sur y el este de los Estados Unidos de América, en Europa oriental y en partes de Asia occidental, en Bangladesh, en Japón y en las costas del Brasil, se han registrado condiciones de humedad superiores a la media.
En Asia, el monzón de verano (de junio a septiembre) provocó fuertes lluvias e inundaciones en partes del norte de la India, Nepal y Bangladesh, causando millones de damnificados. En estos tres países las inundaciones causadas por las lluvias intensas provocadas por los monzones se cobraron unos 1.800 muertos. Las inundaciones en el noreste de la India (especialmente en los estados de Assam y Bihar) y en Bangladesh fueron las peores registradas en más de una década. En el este y el sur de China, las intensas lluvias caídas en junio y julio produjeron graves inundaciones y deslizamientos de tierra que afectaron a más de 100 millones de personas y ocasionaron más de mil muertos en todo el país. Las fuertes precipitaciones provocadas por el monzón en julio y agosto causaron inundaciones a lo largo de varios ríos en el noreste y en el centro de Tailandia. Como consecuencia de un intenso sistema de bajas presiones, el 5 de marzo se registraron nevadas sin precedente en Corea, con los consiguientes daños a la agricultura que superaron los 500 millones de dólares de los EE.UU. En octubre, azotaron Japón dos tifones y sistemas frontales activos que provocaron las precipitaciones más intensas jamás registradas. En octubre la precipitación mensual en Tokio fue de 780 mm, que es el valor más alto registrado desde 1876.
Los aludes de lodo y las inundaciones causados por las intensas lluvias registradas en diversas partes de Brasil en enero y a principios de febrero dejaron a decenas de miles de personas sin hogar y se cobraron 161 vidas. En enero, Perú y Bolivia también registraron tormentas de granizo, intensas precipitaciones e inundaciones, que se cobraron la vida de, al menos,
50 personas.
En Haití las lluvias torrenciales tras el paso del huracán Jeanne produjeron inundaciones desastrosas que provocaron la muerte de aproximadamente 3.000 personas. La catástrofe sobrevino a finales de mayo de 2004 tras las inundaciones y los deslizamientos de tierra de Haití y la República Dominicana, donde el balance fue de más de 2.000 muertos y varios miles de damnificados.
En la segunda quincena de noviembre y a principios de diciembre, tres tormentas tropicales y una depresión tropical que azotaron el sur y el centro de Filipinas se tradujeron en varios días de lluvias torrenciales, provocando inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra catastróficos que, según los informes, se cobraron más de 1.100 vidas.
Las intensas lluvias caídas de mediados de enero a marzo en Angola provocaron crecidas de las cuencas fluviales, que atraviesan los países vecinos de Zambia, Bostwana y Namibia. Las graves inundaciones del río Zambezi, las peores desde 1958, pusieron en peligro a más de 20.000 personas en el noreste de Namibia y causaron daños importantes a los cultivos.
En Tasmania, Queensland y Nueva Gales del Sur se registraron precipitaciones excepcionalmente intensas a mediados de enero que provocaron inundaciones y daños materiales. En la región del Territorio del Norte de Australia se registró la temporada de lluvias más intensa jamás observada. En febrero, una serie de fuertes tormentas provocaron intensas precipitaciones e inundaciones que arrasaron el sur de la isla del norte de Nueva Zelanda.