Actualmente hay unas 400 ppm de Co2 en la atmosfera terrestre,que supone un 0.04% del total,despues de haber hecho unos cuantos calculos con datos que he recopilado de la red (los podeis ver en mensajes anteriores),he llegado a la conclusion de que nuestra influencia en el Co2 terrestre es en torno al 3%,frente al 97% restante presente de forma natural en la atmosfera.
Ahora mismo estamos contribuyendo en un 3% aproximadamente al aumento de Co2 y eso aun no tiene consecuencias,o estas son minimas,nos encontramos en "solo" 400 ppm de este gas,y segun he visto en algun estudio,hasta unas 4000 ppm el Co2 no representaria riesgo para la salud humana, y asi mismo al resto de formas de vida terrestres.Ignoro cuanto habria subido o dejado de subir el Co2 sin presencia humana,eso quedara para la incognita,o mas bien para los estudiosos.
Una cosa si esta clara,en el tiempo que llevamos contaminando la atmosfera con combustibles fosiles,apenas ha tenido impacto de momento,sin embargo,si se siguen manteniendo,incluso se prevee un aumento de las emisiones en las proximas decadas,coincidiendo con la retirada del hielo,en especial en el artico,en donde quedan accesibles grandes bolsas de petroleo y gas,lo mas probable es que con el paso de los años,quiza 2000 o 4000 años,quien sabe,los niveles de Co2 podrian alcanzar niveles peligrosos para la vida en el planeta.
Dejo un pequeño estudio sobre el Co2 y sus beneficios en la agricultura cuando es abundante y perjuicios cuando escasea. (el estudio se ha llevado a cabo con plantas de cannabis,que resultan igualmente validas).
02.11.2013 - José T. Gállego
El CO2 es un gas muy común que está por todas partes: en la atmósfera, en el humo o en las burbujas de los refrescos. Una de sus más fascinantes usos, al menos desde nuestro punto de vista de aficionados al cannabis, es como fertilizante capaz de acelerar el crecimiento de las plantas. Elevando el nivel de CO2 en el aire hasta concentraciones tres o cuatro veces superiores a la de la atmosfera, se puede llegar a doblar el ritmo de crecimiento del cannabis y aumentar considerablemente su producción de cogollos.
De poco sirve el resto de los fertilizantes, si las plantas no tienen suficiente CO2. El dióxido de carbono (CO2) es un gas inodoro presente en la atmósfera en un porcentaje del 0,03-0,04% o, lo que es lo mismo, 300-400 ppm (partes por millón). A pesar de no llegar ni a la milésima parte de la atmósfera, el dióxido de carbono es uno de los elementos más importantes para el crecimiento del cannabis. Carbono y oxígeno, suponen, cada uno, cerca del 45% del peso de las plantas. Por tanto, los dos elementos más abundantes en el mundo vegetal no provienen de los fertilizantes, el oxígeno lo toman del agua que absorben por las raíces mientras que el carbono lo extraen del dióxido de carbono (CO2) del aire.
Las plantas absorben el CO2 de la atmósfera a través de los estomas, unos pequeños poros u orificios que hay en las hojas, por los que también expulsan el oxígeno que les sobra tras la fotosíntesis. El oxígeno que liberan las plantas se ha ido acumulando en la atmósfera a lo largo de millones de años permitiendo la expansión de la vida. Antes de la aparición de la fotosíntesis, la atmósfera terrestre carecía casi completamente de oxígeno, lo que impedía el desarrollo de la vida animal. Gracias a las plantas se hizo posible la aparición de los animales y los seres humanos sobre la Tierra.
La fotosíntesis es un proceso casi mágico por el que las plantas aprovechan la energía lumínica para crear materia orgánica a partir de materia inorgánica. Absorben energía del sol (o de las lámparas de cultivo) por medio de la clorofila y la convierten en energía química que emplean en combinar el CO2 del aire y el agua del suelo para generar glucosa. La glucosa la emplean como energía y como materia prima a partir de la cual crear hidratos de carbono, aminoácidos, proteínas y celulosa con las que fabricar raíces, ramas, tallos, flores y hojas.
Controlador Unis diseñado para conectar a una botella de CO2 y precalibrado para distintos tamaños de cuartos de cultivo El CO2 que las plantas absorben proviene de la respiración de los animales, que toman oxígeno del aire y liberan CO2, pero también de la descomposición de la materia orgánica, la actividad volcánica (que libera grandes cantidades de dióxido de carbono) o cualquier tipo de combustión.
Hace millones de años, cuando todavía no existían animales y la única vida era vegetal, la actividad volcánica en el planeta era mucho mayor que en la actualidad, lo que provocaba que los niveles de CO2 en la atmósfera fueran muy elevados, hasta tres o cuatro veces más altos que los actuales. Las plantas se adaptaron a vivir en esas condiciones sin ningún problema, ya que permitían tasas de crecimiento muy superiores a las de hoy en día. Curiosamente, pese a que los niveles de CO2 atmosféricos han ido bajando progresivamente, las plantas no han perdido la capacidad de sobrevivir en una atmosfera con más CO2.
Las plantas de cannabis pueden crecer perfectamente en un ambiente con una concentración de CO2 de hasta 1.500 ppm, cuatro o cinco veces superior a la concentración normal de la atmosfera. A partir de 2.000 ppm el CO2 comienza a ser tóxico para las plantas y por encima de 4.000 ppm para las personas y animales.