Buenas noches!
Aunque aparezco poco (porque bastante tiene uno ya con MeteoGranada en Facebook, twitter y demás), sin embargo os sigo y leo casi a diario con máxima atención. ¡Enhorabuena a todos!
En el análisis de El Niño no puedo ahondar demasiado aunque, a colación de esta situación que comentáis, sí puedo aportar algunos datos de lo vivido aquellos días de 1997. Lo recuerdo perfectamente.
Aquel 4 de octubre, sábado, el día fue soleado y extraordinariamente caluroso en el litoral granadino, con verdadero bochorno. La temperatura del agua del mar era elevada (me bañé aquel día, y con ganas, ante semejante calor). Al caer la tarde fueron llegando nubes medias y, ya entrada la noche, abundante aparato eléctrico iluminaba todo Alborán. De madrugada, las tormentas se adentraron por la costa dejando intensos aguaceros. El día siguiente, domingo, fue un día claro y despejado...mucho más fresco. Aunque el lunes 6 volverían a desarrollarse los núcleos tormentosos con abundante aparato eléctrico en el litoral y prelitoral, visible por ejemplo desde Granada capital. Yo tan solo tenía 14 años, aunque ya era capaz de suponer que aquello era una situación llamativa. Recuerdo ver en prensa la foto de satélite en la sección del tiempo, con la imagen de esas potentes masas nubosas afectando al sur de Andalucía (los medios del momento nada tenían que ver con lo de ahora, por eso me ha hecho especial ilusión ver aquí la secuencia completa
En cuanto a aquel invierno 1997/98 recuerdo que comenzó con un otoño cálido (el puente del 12 de octubre, por ejemplo, fue de verano total), aunque pronto llegarían los episodios tremendos de noviembre, con aquel "ciclón" cruzando España desde el suroeste y dejando el violento temporal del día 5 con catástrofe en Badajoz y temporal generalizado (recuerdo el viento de rachas fortísimas arrancando árboles, tejados, postes y señales aquella madrugada de miedo en la capital granadina). Episodio que abrió la puerta a lo que fue un periodo húmedo, continuación de aquellos inviernos de la secuencia 95-98, tan pródigos en precipitaciones. De este modo, nuevas borrascas entre mediados y finales de noviembre dejaron abundantes lluvias en Granada (con nevadas importantes en Sierra Nevada). Como dato destacado, la fuerte ráfaga (frente de racha, quizá) de la tarde del 23 de noviembre en Granada capital, con daños en tejados y jardines.
Más lluvias en diciembre de la mano de nuevas borrascas, (con episodio de frío y nevadas en cotas bajas los días previos al Puente de la Inmaculada-Constitución), que culminaron con un generalizado temporal de lluvias a mediados de mes y días previos a Navidad: tormentas, granizadas, lluvias persistentes, nevadas en los relieves y, como consecuencia, desbordamientos (el Genil, por ejemplo, a la altura de Écija), desprendimientos, cortes de carreteras y del suministro eléctrico, anegaciones en calles, bajos y campos, etc. Situación en Granada, Andalucía e, imagino, otras amplias zonas, que recordaba a los episodios húmedos de los 2 inviernos anteriores.
El año 1998 comenzó con un fuerte temporal en Canarias, de funestas consecuencias. A lo largo del invierno hubo en la Península otros episodios de lluvias y nevadas, aunque reconozco que la memoria ahí se me desdibuja un poco. Sí recuerdo, en cambio, la muy fría y lluviosa Semana Santa de aquel año: recurrentes aguaceros, con granizo incluido, y ambiente invernal: 1 ºC en Granada el Sábado Santo y - 8 ºC en Pradollano.
Muy tormentoso resultó también mayo, con repetidos aguaceros, ambiente fresco y nevadas en las sierras; el granizo hizo estragos en la comarca de Los Montes granadinos y las riadas causaron daños en algunos pueblos. Aunque para inolvidable el episodio de lluvias intensas del 5 de junio, con inundaciones en la Vega de Granada, apagones, cortes de carreteras y daños en la agricultura. De nuevo habría tormenta pocos días después con ambiente fresco...hasta la llegada por fin del verano y el inicio, en septiembre de 1998, de un nuevo periodo seco de varios meses de duración...
Por tanto, y después de este viaje, se puede decir que aquel invierno 97-98 fue, efectivamente, bastante movido...
Un saludo!