Buenas, retomo este debate después de un tiempo en el que he estado ocupado y no podía dedicar muchos minutos al foro.
En relación a las fotografías que pones con las zonas más bajas con nieve y las más altas con menos nieve, eso se debe ni más ni menos que al efecto del viento y no por una disminución de la precipitación. El viento tiende a barrer la nieve de las zonas más expuestas y depositarla en lugares propicios para ello, gracias a esas acumulaciones, entre otras muchas razones, se mantienen muchos neveros durante el verano o hasta bien entrado este. También el viento juega un papel fundamental en la dinámica de algunos glaciares por la acumulación que provoca en la zona de alimentación de los mismos, además claro está, de la que cae directamente del cielo.
El pluviómetro que había en el Mulhacén, que no estación meteorlógica, era de lo más rudimentario. Era metálico, sin calefactor por supuesto, que enseguida quedaba bloqueado por la nieve y el hielo no midiendo la nieve que caía después del bloqueo. Para colmo, al ser metálico y de color oscuro, en cuanto le daba el sol se calentaba provocando la evaporación del agua que contenía una vez que se había fundido el hielo de la boca. Porque a comprobar esos pluviómetros que estaban diseminados por la sierra, de los cuales todavía queda alguno, no subían todas las semanas, pasaban meses, y en ese período de tiempo se evaporaba mucha agua. Y ya ni te cuento con las tormentas de verano con con la insolación que hay en esa época y la rapidez que se evaporaba el agua caída durante dicha tormenta.
Un pluviómetro sin calefactor en lugares en los que nieva con frecuencia o muy ventosos, no sirve de mucho. Por ello, los datos de Mulhacén, Gádor y Filabres, especialmente los del primero, no son fiables. La vegetación de las zonas de Filabres o Gádor demuestran que allí cae más de lo que se indica si no, no podrían aguantar allí ciertas especies arbóreas. Y en el caso del Mulhacén, las ingentes cantidades de nieve que allí se suelen acumular no son fruto de solo 549 mm al año. A los cuales, habría también que restarle los que caen en forma líquida, que no son muchos pero bueno, y que no se acumulan como la nieve y no se ven.
El experiemento que comentas de colocar unas jarras, no creo que dé mucho resultado por el mismo motivo. Se cubren de nieve y se acabó. Además, habría que ir a revisarlas justo después de la precipitación y no varios días después para evitar evaporación y un falseo en los datos.
Actualmente en Sierra Nevada hay una red de estaciones meteorológicas para el estudio de los efectos del cambio climático en dicha sierra pero no sé las que tienen pluviómetro y las que no. Miden varios parámetros además de la precipitación y como he comentado, creo que no todas tienen pluviómetro. Hay una en el Veleta a unos 3200 metros de altitud, en la Dehesa del Camarate a 1600 m, cerca de Puente Palo a 1800 m, Laguna Seca a 2300 m, etc. Sería interesante acceder a sus datos y estudiarlos, si se puede.
No es posible que en 300 metros o 400 haya esa diferencia tan bestial de precipitación. Por esa regla de tres, a partir de ciertas altitudes prácticamente no precipitaría nunca o casi nunca.