Lo que me encanta de todo esto son esas frases majestuosas, “hemos reforestado mil millones de trillones de hectáreas y nos hemos gastado cinco mil millones de billones en reforestación, y hemos generado 5000 puestos de empleo directo”, si, pero si no se acondicionan esas zonas para su posterior cuidado y manejo, y no hay personas que posteriormente mantengan lo hecho, ¿de qué sirve tanta inversión inicial?, que la naturaleza sigue su curso pero hay que ayudarla, y más en un ambiente tan degradado y antropizado.

Pero me centro en otro aspecto, destaco la última frase del artículo atribuida a la serie de especialistas que se cita en la noticia: "El riesgo ya no es el del 89".

Y yo digo, que efectivamente el riesgo no es el del 89, es aún peor.

Si piensan que Casasola soluciona el problema del Campanillas, pues vale, indudablemente saben diez o cien veces más que yo, y los períodos de retorno que les salen con Hec-GeoRas le salen preciosos y superchulos, pero hagamos un ejercicio de memoria y estrujémonos las neuronas, en aquellas inundaciones el riesgo era para el núcleo consolidado de Campanillas y núcleos dispersos cercanos, hoy, más de 20 años después, hay una presa si, pero nadie parece acordarse del Arroyo Cupiana, que curiosamente es más ancho que el Campanillas, ¿y eso por qué será?, ¿quizá debido a que durante muchos años las avenidas han sido mayores en ese pacífico arroyo siempre seco pero más ancho que la autovía de Campanillas?, y vaya, pero si ese arroyo Cupiana, está aguas abajo de la presa de Casasola, vaya... Y un breve apunte, cuando hablamos de riesgo de inundación, no es porque se inunde un campo de alcachofas, si no porque se inunda un polígono industrial o una urbanización, es decir donde estamos esos seres graciosos llamados humanos. ¿Y si a un período intenso de lluvias le sumamos un desembalse de Casasola, recordemos que su volumen es de como mucho 24 hm3? La respuesta que la de otro.

Por lo tanto, ahora analicemos la evolución del 89 a hoy, y pongo tan solo dos ejemplos, donde los polígonos en las márgenes del Guadalhorce han crecido, sobre todo en su tramo final, y sobre todo, que en el Campanillas, el alcalde de Málaga plantea construir casas, si casas, en la vega del citado río, dentro de otros 20 años, en 2030, cuando leamos el periódico en nuestro e-book veremos, “piden declarar zona catastrófica la vega del río Campanillas”, esperemos que la Junta siga firme, negándose a que allí se pueda construir. Pero es probable que yo me equivoque, quizá el Cupiana no suponga peligro alguno.

Por lo tanto, antes de reforestación, hablemos de planificación, y en esa planificación incluyamos la reforestación como una parte tan o más importante como las demás, pero no aislemos la reforestación y la tratemos de forma individual, critiquemos la construcción al norte de la ronda y apostemos de una vez por la reforestación ¿pero de qué sirve reforestar si vamos a seguir construyendo de forma masiva? ¿Para qué el agua en vez de llegarnos al cuello nos llegue al culo? Ole, ole y ole.