Buenas tardes,
A este paso, se van a agotar los nombres de la lista de borrascas de alto impacto de este curso, antes de llegar a Navidad. Es un hecho que la actividad ciclónica en el Atlántico Norte (y no tan norte) este año es muy contundente para las fechas (de hecho, ya se estaba viendo ese comportamiento este verano en el que además del popular calor han pasado otras cosas). Las borrascas no solo llegan a las costas continentales en esta primera parte del otoño con fuerza sino que incluso se profundizan más conforme se aproximan, desatando estos temporales oceánicos que estamos observando, con flujos muy húmedos que dejan agua a mansalva (tremendo lo de Galicia) y tempestad marítima.
Los modelos siguen apostando, salida tras salida, por este mismo esquema meteorológico para la siguiente semana, con efectos más o menos generales:
GFS indica la extensión de las lluvias asociadas al frente que penetra por el noroeste esta tarde hasta regar el oeste peninsular, incluido el oeste andaluz, durante la jornada de mañana y parte del lunes. Avanza lento, pero no desaparece. Posteriormente insiste, una y otra vez, en la llegada el martes de un brazo húmedo desde el suroeste, de la mano de una ligera perturbación asociada a todo este entramado de bajas que protagonizan el escenario meteorológico de nuestra latitud hacia el norte. Las lluvias se adentrarían desde Alborán y afectarían también rápido al sureste. Situación peculiar que, por insistencia en las modelizaciones, no habría que descartar. A continuación, tras una pausa en la festiva jornada del miércoles, las bajas presiones muy extensas y profundas cargarían de nuevo contra el oeste europeo, con configuraciones mostradas por el modelo que, salida tras las salida, nos hablan de contundentes temporales con frentes lo suficientemente bien articulados y extensos como para dejar agua en nuestras comarcas en la segunda mitad de la semana. Temporales del oeste-noroeste de otoño a la vista.
ECMWF muestra unas instantáneas similares, con esas lluvias del domingo-lunes sin llegar a desvanecerse del todo y mojándonos algo, incluso más hacia el interior-este andaluz. También muestra la leve perturbación del martes, con lluvias rápidas este día entrando desde Alborán...en una propuesta similar a la del GFS. El escenario cobra enteros cuando los dos modelos ven algo. Lógicamente, no será tal cual se esboza ahora, pero la tendencia sugiere que inestabilidad habrá. De nuevo, tal y como también indicaba el GFS, el miércoles sería un día de calma a la espera del reforzamiento posterior de las potentes borrascas atlánticas. La propuesta actual nos plantea, también desde el Europeo, mapas con depresiones británicas más propias de meses invernales. Los frentes alcanzarían también nuestra posición.
A todo esto hay que sumar que las medias de los escenarios muestran un guion similar y que los mapas de anomalías a 500 son asimismo elocuentes, con un esquema muy atractivo de fuertes anomalías negativas de presión desde el área peninsular hacia el norte y bloqueos en el sector Groenlandia-Ártico. ¿Aparecen también las altas de Azores? Por supuesto, en su sitio. Los mapas de este final de octubre y comienzos de noviembre son de libro. Abres un libro de meteorología por estaciones y esta configuración de borrascas británicas y altas al sur es un clásico otoñal (en general, claro...porque también hemos tenido secuencias anómalas como la sorprendente Bernard del otro día). Pero es que incluso las más norteñas y "convencionales" puede afirmarse que son borrascas superiores en número, extensión y efectos de los habituales para las fechas, dentro de este contexto de configuraciones habituales para la época.
En algunos años muy lluviosos los temporales atlánticos no han comenzado de manera general hasta bien entrado noviembre (mítico 1995-96) o incluso hasta diciembre (histórico 2009-10). Otras veces, un otoño con gran actividad ciclónica como este ha dado paso a un invierno de relativa calma. Otras veces, los años se han comportado de un modo "equilibrado", que es lo realmente raro (el año hidrológico 1999-2000, con sus eficaces frentes otoñales pero sin carrusel de borrascas exageradas ni bloqueos anticiclónicos desmesurados). Y así tanta variedad de años hidrológicos, escenarios meteorológicos, tipos de tiempo...a veces donde las teleconexiones funcionan, otras donde no. Años con Niños, años sin Niños. Las Niñas. Y un largo etcétera de variedades. Lo que suceda en este caso es aun un enigma por mucho que escudriñemos proyecciones. Y está bien que así sea. Porque nos encanta lo que los geniales avances en esta ciencia nos dicen. Pero también nos gusta el misterio (o a mi particularmente creo que debería conservarse). La sorpresa. La capacidad de asombro.
En cualquier caso, el otoño se ha entonado, está ahora en su sitio térmico y pluviométrico...a falta tan solo que esas lluvias se repitan. Cosa que, con alta probabilidad con los mapas de hoy, puede seguir ocurriendo en jornadas venideras.
Saludos