Una nueva tromba de agua provoca la inundación de bajos y viviendas en AlmazánCuando aún no se habían apagado los ecos de la tromba de agua que cayó sobre Ágreda el pasado lunes, el casco urbano de Almazán era víctima ayer de una tremenda tormenta que anegó la localidad en cuestión de unos pocos minutos.
V.M.G./S.R. Soria | Tal y como señalaba la propia alcaldesa, María Jesús Gañán, pasaba un cuarto de hora de las seis de la tarde cuando un gran aguacero descargaba sobre la villa. "Durante una hora apenas se veían las calles. La verdad es que no había visto algo igual. En cuestión de minutos las calles parecían ríos, fue algo verdaderamente impresionante", aseguraba la primer edil a primera hora de la noche, cuando lo peor ya había pasado.
Tal y como había pasado el día anterior en Ágreda, la zozobra se instaló entre los vecinos de la localidad. Cuando el aguacero comenzó a remitir, enseguida se evidenciaron los daños, que se tradujeron en inundaciones de bajos de viviendas y locales comerciales en la mayoría de los casos, preferentemente en la parte sur, además de alguna empresa del polígono industrial.
Aunque a esa hora no había datos oficiales, una de estas empresas habría recogido cerca de 60 litros por metro cuadrado, lo que puede dar una idea de la virulencia de las precipitaciones, pues no hay que olvidar que en Ágreda, aunque fue en menos tiempo, se recogieron hasta 70 litros el lunes.
Testimonios .
"No he visto cosa igual", comentaba un viandante que, sobre las 21.00 horas, se protegía de la lluvia (ya más débil a esa hora) en un portal de la calle Salazar y Torres.
Tal fue la intensidad de la tormenta que no sólo esa calle, sino otras muchas de la localidad, en la zona más baja, se convirtieron en auténticos ríos. "Es un fastidio, que cada vez que llueve de esta manera se me llene la tienda de agua", comentaba la propietaria de "M´encanta", un comercio de ropa ubicado en la calle Antonio Machado, mientras, ayudada por los vecinos de la zona, sacaba con cubos el agua que inundaba su local.
Lo mismo hacían, en la calle paralela, Salazar y Torres, los propietarios de muchos de los establecimientos comerciales situados entre la cafetería Gil y el bar Tene. "Esto ha sido una pasada", comentaba uno de ellos. En la misma calle, se podía ver, aún a las 21.00 horas, tapas de alcantarillas levantadas por la fuerza del agua. "Está medio pueblo igual. Hay muchos almacenes y garajes subterráneos llenos de agua", informaba otro adnamantino.
La Policía Local y los bomberos tuvieron que realizar numerosas salidas para atender todas las llamadas que, pidiendo ayuda, se les hicieron a causa de la tromba de agua. Algunas zonas del vial del polígono industrial, así como la rotonda situada ante la estación de ITV, también se vieron afectadas por importantes balsas de agua que dificultaron la circulación.
70 cerdos muertos en Ágreda
Las empresas más afectadas por la tromba de agua que se cebó el lunes, sobre todo, con el polígono industrial de Ágreda, intensificaron ayer los trabajos de limpieza con el objetivo de volver a la normalidad lo antes posibles. Una de las más afectadas fue la nave de porcino integrada de la cooperativa Copiso. Según informaron fuentes de la empresa, los animales son propiedad suya, mientras que las instalaciones son de un particular que también se ocupa del mantenimiento y cuidado de los animales.
Según los primeros cálculos, son unos 70 los cerdos muertos como consecuencia de las inundaciones. Tras obtener el permiso de las autoridades veterinarias, Copiso realizó ayer parte del traslado de los animales restantes a otra granja de la empresa en la vecina Ólvega. En total, la granja afectada albergaba 1.500 cerdos de aproximadamente 80 kilos de peso; a lo largo del día de hoy está previsto que concluya dicho traslado.
Las mismas fuentes se extrañaron de la "virulencia" de las precipitaciones, afectando los destrozos, sobre todo, en las celdas de separación. Todavía no se sabe si las instalaciones seguirán con la actividad, pues son bastante antiguas y los daños parece que han sido elevados.
Por otra parte, las labores de limpieza en el conjunto de la localidad comenzaron ayer a las 8.00 horas, después de permanecer el día anterior hasta las 2.00 a la espera de que bajara el agua, que en algunas zonas había llegado al medio metro de altura. El alcalde en funciones, Agustín Ruiz, permaneció durante todo el día ayudando en los trabajos y comenzando a valorar los daños de la tormenta, que dejó en Ágreda 70 litros por metro cuadrado, según el primer edil.
Aunque explicó que "todavía es pronto para cuantificar desperfectos", avanzó que algunas de las empresas del polígono Valdemiés y la mayoría de las del polígono La Dehesa, principales "zonas cero" de la tormenta, quedaron muy afectadas, pero aún están trabajando en limpiar todo lo que ha arrastrado el agua hasta sus industrias.
A las tareas de la brigada municipal, formada por nueve operarios, se sumó un retén de los bomberos de Ágreda, una bomba de la Diputación con sus máquinas y dos brigadas de la Junta de Castilla y León, que estableció un operativo en la localidad para paliar los efectos de las inundaciones. Así, envió tres motobombas del Servicio territorial de Medio Ambiente y varias máquinas, pero además, la empresa Tragsa envió a petición de la Delegación de Soria un equipo formado por doce personas y maquinaria demandada por el Consistorio. A primer hora de ayer, De la Casa se reunió con responsables de la Junta en Soria y de Protección Civil con el fin de estudiar los medios que la Junta podía poner a disposición del Ayuntamiento "para colaborar en los trabajos de limpieza necesarios para que la localidad pueda retomar su actividad normal lo antes posible". .
Según denunció Pablo Rubio, uno de los empresarios afectados, además de dirigente de la Agrupación de Transportistas (Agrutranso), la causa del "desastre" se debe a la forma de construcción del polígono Valdemiés, reclamando a la Administración "de manera urgente" inversiones para la construcción de un colector que evite sucesos similares en el futuro.
Por último, según señalaban desde Talleres Vider, una de las empresas más afectadas, en el momento de la tromba los trabajadores se encontraban a las puertas de las instalaciones. "Fue alucinante. Durante diez minutos no se veía absolutamente nada. Un coche que pasaba por aquí estaba siendo arrastrado por la corriente. La señora que iba dentro pidió auxilio, pero era imposible acercarse. Al final, unos compañeros la sacaron por la ventanilla", indicaba una empleada.
Sobre los daños, a primera hora de la tarde todavía estaban realizándose labores de limpieza en la parte baja del taller. La centralita del teléfono, así como la instalación de luz, teléfono y algunas máquinas fueron los bienes más afectados.
Fuente: Heraldo de Soria Al final, lo de mi pueblo, fue realmente gordo.................