A lo que me refiero es que la temperatura no es el principal factor en la caída, sino que manda la luz por encima de cualquier otro factor (junto con el aporte de humedad). En el sur de Suecia, o en zonas tan frías como el sur alemán ya hay especies sacando hoja en mayo (y seguramente antes) toda vez que "notan" que los días se van haciendo más largos. Por contra, recuerdo que era curioso ver lo poco que tardaban en despoblarse algunas especies en los Países Bajos a lo largo de septiembre (a la par de lo rápido que acortan los días), cuando las temperaturas eran muy suaves, no helando hasta noviembre.
Teniendo en cuenta que hay especies en el trópico que tiran la hoja casi como un reloj, no parece que la temperatura sea tan decisiva (que lo es) como la luz o la humedad en la apertura o cierre de los estomas (es decir que la caída no es tan buena indicadora para el frío sino que es mejor indicadora de otros factores, sin entrar en los matices de cada especie).
Saludos.
En paises llanos, puede ser que sean las horas de luz el factor más determinante; pero en países montañosos, como el nuestro, las diferencias fenológicas que puedes observar, en una misma especie y a muy poca distancia, son enormes. Y son consecuencia de la temperatura reinante, que a su vez influye en la humedad efádica de modo directo.
Incluso tienes lugares donde una especie de árbol no puede habitar, sencillamente por que no soporta el frío (o el calor) que hace en ese punto, y justo al lado, a poco que cambian las condiciones ambientales, sí que se dá. Por ejemplo, la vegetación de una ladera de solana es distinta a la de una ladera de umbría; la de una vaguada a la de una ladera; la de un páramo es distinta de la de un valle, etc...
Quizá con un ejemplo me explique mejor: pongamos una gran ladera de hayedo de las que por aquí son frecuentes. Pues bien, el haya soporta mal las heladas tardías, de modo que sufrirá mucho en el fonde de valle, donde tengamos inversiones frecuentes, e incluso desertará de este emplazamiento. Y a media ladera echará las hojas bastante antes que en las zonas altas, a pesar de tener las mismas o menos horas de luz.
Otro ejemplo lo tienes en la distribución de las distintas especies de robles que puedes encontrar en una misma localidad, según sea su resistencia al frío (heladas de irradiación o de advección). Pongamos el ejemplo de un valle de la Cordillera Cantábrica: en las vegas más bajas y cálidas tendrás roble común; en los valles altos(los más fríos) tendrás rebollos, que aguandan las heladas tardías; en las laderas fuera de inversión, tendrás robles albares y, por último, en los crestones más altos, crecerá el roble cantábrico. Cada uno con una fenología diferente.
Un saludo.