A propósito de los altos niveles de contaminación que se están dando en Madrid por una suma de emisiones contaminantes y altas presiones, la noticia de las densas humaredas que están afectando a amplias regiones de la India y Pakistán vienen al pelo.
El estado de Punjab es conocido por ser el granero de la India. Aunque relativamente pequeño, Punjab contribuye con alrededor del 20% del trigo y el 10% de arroz producido en el país.
Uno de los subproductos de dicha producción intensiva de alimentos es humo. Hay dos principales estaciones de crecimiento en Punjab: uno de mayo a septiembre y otro de noviembre a abril. En noviembre, los agricultores suelen cosechar arroz y siembran trigo. Después de la cosecha, a menudo se prenden fuego a los restos vegetales de sobra para despejar campos para los próximos plantaciones; una práctica conocida como la quema de rastrojos.
Cuando el satélite Suomi NPP (sensor VIIRS) sobrevoló esta región el pasado 5 de noviembre, la quema de rastrojos estaba siendo generalizada, tal como se puede ver en la imagen de entrada. En dicha imagen, los puntos rojos representan los fuegos que estaban activos en esos momentos (puntos calientes).
La quema de rastrojo es un fenómeno relativamente nuevo. Históricamente, los agricultores cosechaban y araban los campos manualmente, labrando los restos vegetales con el suelo. Cuando las máquinas cosechadoras se hicieron populares en la década de 1980, la quema se hizo común porque de las máquinas salen tallos que son alrededor de un pie de altura. Quemar estos tallos es la forma más rápida y más barata para eliminarlos.
Los satélites comenzaron a detectar un gran número de incendios activos a mediados de octubre. Normalmente la quema agrícola extensiva tiene una duración de unas tres semanas. Aunque la mayor parte de la humareda parece proceder de los incendios agrícolas, otros factores como la contaminación urbana e industrial también pueden estar contribuyendo.
Los fuegos liberan varios tipos de partículas y gases a la atmósfera, incluyendo el smog formado por monóxido de carbono y dióxido de nitrógeno. La calima que se forma sobre el Punjab rara vez se queda allí . Mientras los fuegos arden, el humo frecuentemente cubre gran parte de la Llanura Indogangética, exponiendo a millones de personas en la densamente poblada llanura, a niveles muy elevados de contaminación.
Mientras tanto en nuestro país, no es tan la quema de rastrojos como la contaminación emitida por los millones de vehículos que circulan por Madrid y sus alrededores cada día, así como la ausencia de viento y la presencia de una fuerte inversión térmica que actúa de tapadera, concentrando el smog de contaminación en un estrato muy delgado cerca del suelo.
Salvando las grandes distancias que separan ambos casos, solamente por magnitud de las emisiones y su origen, el denominador común reside en el poder que tiene el ser humano para crear esa contaminación y, con ayuda de determinadas situaciones atmosféricas, el afectar con ella a millones de personas expuestas.
Todo esto debe ser determinante a la hora de comprender la enorme necesidad de ir cambiando nuestros hábitos de movilidad urbana, cambiando coches de combustión interna por coches eléctricos (cada vez más avanzados y de mejores prestaciones), motos eléctricas, bicicletas y/o transporte público. Nuestra salud y nuestro futuro va en ello.
Esto de quemas de rastrojo es muy comun en todas partes, y por lo que parece solo lo ve el ciudadano de apie, el que de verdad puede evitarlo parece que está ausente, ejemplo de quema controlada son las montañas de Portugal, pero no por eso menos perjudicial.
En la Vega de Granada estos días está pasando igual… se están quemando rastrojos y troncos de las cosechas de las panochas de maiz y forman en la atmosfera una humareda impresionante, quedando todo el área metropolitana y la capital sumergidas en un humo espeso y con un olor a quemado impresionante ademas de que caen tiznes negros.