Una investigación demuestra que elegir mejores trayectorias de los aviones ayudarán a enfriar el planeta


Un estudio de investigación ha demostrado que tomar decisiones más inteligentes sobre las trayectorias de los vuelos de los aviones, puede reducir el calentamiento global, enfriando el planeta.

A grandes rasgos, la idea es ajustar la ruta tanto en altitud como en latitud, partiendo de los puntos de ida y llegada del avión, para contribuir a que la nubosidad formada por la condensación del vapor de agua en la atmósfera sea menor y con ello, se reduzca la cobertura nubosa que pueda hacer de efecto invernadero.

Los aviones también pueden ayudar a enfriar el planeta

El estudio reciente de la Universidad de California en Irvine revela que modificar las trayectorias de los aviones puede ser una herramienta efectiva para combatir el cambio climático.

Ajustando mínimamente las rutas de vuelo, es posible reducir significativamente la formación de estelas de condensación —esas nubes artificiales que, al acumularse, contribuyen al calentamiento atmosférico.

Esta medida, relativamente sencilla y económica, ofrece una oportunidad real de que los aviones ayuden a enfriar el planeta.

El equipo de científicos utilizó datos reales de vuelos comerciales sobre Europa, Asia y Norteamérica, combinados con modelos climáticos avanzados.

Los resultados muestran que redirigiendo apenas el 2% de los vuelos se evitaría la mayoría del impacto climático generado por las estelas.

La aviación, en el foco de la lucha climática

El sector de la aviación representa actualmente cerca del 4% del calentamiento global.

Aunque se ha avanzado en biocombustibles y aviones más eficientes, el nuevo enfoque va un paso más allá: aprovechar las mejores trayectorias de los aviones para enfriar el planeta sin necesidad de grandes inversiones tecnológicas.

Los investigadores destacan que el impacto climático de un vuelo varía según la altitud, la hora del día y la humedad del aire.

Por ejemplo, si un avión evita volar por zonas frías y húmedas en horas nocturnas —cuando las estelas tienen mayor efecto invernadero—, su contribución al calentamiento se reduce drásticamente.

Beneficios inmediatos y a gran escala

Una de las grandes ventajas de este enfoque es su aplicabilidad inmediata. No requiere esperar a que nuevas tecnologías lleguen al mercado.

Bastaría con integrar estos parámetros en los sistemas de navegación actuales y coordinar a los controladores aéreos para elegir rutas menos dañinas.

Según el estudio, las mejores trayectorias de los aviones para enfriar el planeta podrían evitar en una década el equivalente a cientos de millones de toneladas de CO₂.

Además, esta estrategia no compromete la seguridad aérea ni supone un aumento significativo del consumo de combustible.

Una nueva herramienta para mitigar el cambio climático

Esta investigación marca un punto de inflexión en la forma en que entendemos el papel de la aviación en el cambio climático.

Incorporar criterios ambientales en la planificación de vuelos podría convertir a los propios aviones en aliados para enfriar el planeta. Un gesto pequeño con un impacto potencialmente global.

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