Una nueva investigación aporta nuevos hallazgos acerca de la burbuja fría del Atlántico Norte

Una nueva investigación ha aportado nuevos hallazgos acerca de la burbuja fría del Atlántico Norte, que como estamos viendo en los últimos meses está suscitando la atención de buena parte de la comunidad científica especializada en el clima de nuestro planeta.
En este caso, el trabajo publicado en Science indica que la influencia conjunta del océano y la atmósfera en esta anomalía climática.
Nuevos hallazgos acerca de la burbuja fría del Atlántico Norte
Mientras el calentamiento global avanza a ritmo acelerado, una región del Atlántico Norte subpolar se comporta de manera contraria.
Se trata de la conocida burbuja fría del Atlántico, una zona que, en lugar de calentarse, ha mostrado un enfriamiento persistente durante gran parte del siglo XX. Esta anomalía ha desconcertado a la comunidad científica durante años, y ahora, nuevos hallazgos arrojan luz sobre su origen y persistencia.

No solo el océano: la atmósfera también tiene un papel clave
Investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania han determinado que la Circulación Meridional de Retorno del Atlántico (AMOC), ya conocida por su influencia en la redistribución del calor en el planeta, no solo actúa a través del océano.
El estudio revela que el debilitamiento de esta corriente también modifica las condiciones atmosféricas en la región, haciendo que el aire sea más seco y frío.
Esto reduce la cantidad de vapor de agua, un potente gas de efecto invernadero, y limita la radiación descendente, amplificando el enfriamiento en superficie.

Una retroalimentación que refuerza la burbuja fría del Atlántico
La burbuja fría del Atlántico no es, por tanto, sólo consecuencia de una menor llegada de aguas cálidas del sur.
El acoplamiento entre océano y atmósfera genera una retroalimentación que perpetúa la anomalía térmica.
A menor temperatura superficial, menos evaporación; a menos humedad, menos efecto invernadero.
Este mecanismo podría explicar la persistencia de la burbuja fría en un contexto general de calentamiento global.

Una amenaza con implicaciones globales
El debilitamiento de la AMOC, provocado entre otros factores por el aporte de agua dulce del deshielo de Groenlandia, es un proceso preocupante.
Su influencia en la burbuja fría del Atlántico podría alterar patrones atmosféricos como la corriente en chorro y la frecuencia de borrascas, afectando directamente al clima de América del Norte y Europa.
Por ello, comprender mejor esta región es clave para anticipar posibles eventos meteorológicos extremos.

El papel de los modelos climáticos en este descubrimiento
Los investigadores han utilizado un innovador enfoque de descomposición parcial de temperatura sobre simulaciones avanzadas de modelos climáticos.
Este método ha permitido identificar con claridad la importancia del componente atmosférico, una aportación novedosa en el estudio de la burbuja fría del Atlántico.
Aunque los modelos no son perfectos, ofrecen una herramienta valiosa para estudiar este fenómeno que desafía las tendencias globales.

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