Las Islas Canarias y, en especial, las islas de Fuerteventura y Lanzarote, se vieron ayer tarde sumergidas en la peor tormenta de polvo sahariano en suspensión de los últimos años. Se alcanzó tal cantidad de partículas en suspensión, que la oscuridad naranja se adueñó del cielo de estas islas. Además de su impacto sobre la salud, también complicó, y mucho, el tráfico aéreo, viéndose suspendido por falta de visibilidad.
La tormenta de polvo sahariano, vista desde el espacio.
Gracias a los satélites meteorológicos de última generación, es posible observar la magnitud de la tormenta de polvo en toda su extensión.
Realmente impresionante resulta la animación de imágenes de alta resolución y correspondientes al espectro visible. Permite observar cómo la Depresión Aislada en Niveles Altos, o DANA (de la que hablábamos hace unos días), es en parte responsable. Su circulación asociada a diferentes niveles del perfil atmosférico, actuó succionando el polvo sahariano en suspensión desde Marruecos.
Al ampliar la imagen, se observa el resultado de la interacción del flujo de vientos del sureste y la escarpada orografía de Fuerteventura y Lanzarote. Así, se forman ondas a sotavento, tanto en la capa de polvo en suspensión, como en forma de nubes de vapor de agua. Y es que las partículas de polvo son capaces de actuar como núcleos de condensación, formándose esas pequeñas calles de nubes.
La aparición de estas ondas también delata la presencia de fenómenos asociados al Efecto Foëhn. En estaciones meteorológicas situadas a sotavento, se registraron fuertes rachas de viento así como temperaturas muy elevadas, en el rango de los 30ºC.
La oscuridad naranja.
No es de extrañar pues, que en superficie el ambiente se volviera asfixiante y auténticamente marciano. Las islas y sus ciudades quedaron sumergidas en la que nosotros hemos llamado «oscuridad naranja».
A tenor de estos vídeos, más pareciera que nos encontráramos en un país árabe o, directamente, en Marte. Con todo el paisaje bajo un intenso velo de color ocre o naranja «amarronado».
Como comentábamos al principio, el tráfico aéreo se vio afectando, teniendo que ser suspendido durante unas horas por la mala visibilidad. La cuenta de Controladores Aéreos en la red social Twitter dio una excelente cobertura al desarrollo de los acontecimientos.
Impacto sobre la salud.
La densa red de instrumentos de mediciones existente en Izaña, de la Agencia Estatal de Meteorología, sirvió para dar dimensión a la concentración de polvo en suspensión en el aire. Desde unos valores normales inferiores a 20 ug/m3 hasta casi 1600 ug/m3 (microgramos por metro cúbico de aire), para la estación de Santa Cruz. AEMET indica que el valor umbral por contaminación es de 50 ug/m3. Con lo cual, el ambiente era verdaderamente irrespirable y perjudicial para la salud.
Por lo tanto, las recomendaciones del Cabildo de Gran Canaria, fueron totalmente acertadas. Nosotros incluso hubiéramos sugerido el uso de mascarillas, en caso de tener que salir al exterior.
Otras mediciones, tanto para Gran Canaria, como para Fuerteventura y Lanzarote, dieron valores muy elevados de concentración.
Por otro lado, también se produjo un incendio en Tasarte afectando a varias casas, y con focos aún activos, debido a las condiciones meteorológicas tan propicias: fuertes vientos, baja humedad, y altas temperaturas debido al Efecto Foëhn.
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