El ciclo del agua se descontrola según la OMM

El último informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) alerta de que el ciclo agua del planeta se descontrola.

Los datos de 2024 indican que cerca de dos tercios de las grandes cuencas hidrográficas del mundo registraron valores anómalos de caudal, ya fuera por exceso o por defecto.

Este patrón refleja que el equilibrio natural del ciclo agua se está rompiendo, con consecuencias directas para los ecosistemas y las sociedades humanas.

Alteraciones globales del ciclo agua

Solo un tercio de las cuencas del planeta presentó condiciones dentro de lo considerado normal durante el pasado año. En el resto, las oscilaciones fueron extremas: desde sequías históricas en regiones como el Amazonas o el sur de África, hasta lluvias torrenciales y crecidas en África central, Europa o Asia.

Esta falta de estabilidad demuestra que el ciclo agua responde de forma cada vez más caótica al calentamiento global y a los cambios en la circulación atmosférica.

Los expertos advierten de que estos contrastes no son eventos aislados, sino síntomas de un sistema que se desequilibra progresivamente.

El aumento de la temperatura media del planeta intensifica la evaporación, modifica los patrones de lluvia y multiplica la frecuencia de los fenómenos extremos.

Deshielo y acuíferos en crisis

Uno de los signos más preocupantes del desorden del ciclo agua es la pérdida acelerada de masa glaciar.

En 2024 se habrían derretido alrededor de 450 gigatoneladas de hielo, un volumen capaz de llenar más de 180 millones de piscinas olímpicas.

Dicha fusión contribuye directamente a la subida del nivel del mar y altera el aporte natural de agua dulce a ríos y lagos.

La situación de las aguas subterráneas tampoco es mejor. Menos del 40 % de los pozos analizados mantuvieron niveles estables, mientras que en el resto se observaron caídas drásticas o aumentos anómalos.

Los acuíferos, fundamentales para el abastecimiento y la agricultura, muestran que el ciclo agua no solo se distorsiona en superficie, sino también bajo tierra.

Fenómenos extremos y gestión urgente

El informe de la OMM señala que las inundaciones, las lluvias torrenciales y las sequías prolongadas son cada vez más frecuentes y severas.

El ciclo agua está siendo alterado en todas sus fases, lo que pone en riesgo la seguridad hídrica de millones de personas.

La organización insiste en que no se puede gestionar lo que no se mide. Con más de 3.600 millones de personas afectadas cada año por la escasez estacional, y una previsión de más de 5.000 millones para 2050, resulta esencial invertir en monitorización y gestión sostenible del ciclo agua.

Cazatormentas
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