Huracán VINCE, 9 de octubre de 2005, 14:10 UTC.

Huracán VINCE, 9 de octubre de 2005, 14:10 UTC.

13.04.13. Desde que en la recta final de la hiperactiva temporada de huracanes de 2005, España se viese afectada por la formación de dos ciclones tropicales (VINCE, que impactó en las costas de Huelva como depresión tropical, DT; y DELTA, que rozó Canarias como borrasca extratropical), se ha producido un temor creciente a que la frecuencia de estos fenómenos aumente en el futuro, debido al Calentamiento Global.

En el foro de debate, los seguimientos realizados tanto de VINCE como a DELTA, arrastraron a muchísimos visitantes y seguidores, convirtiéndose en un éxito rotundo como medio de divulgación y obtención de información al respecto.

Aquella temporada generó unos números increíbles: 31 depresiones tropicales, con 28 de ellas alcanzando el estatus de tormenta tropical (agotando la lista de nombres, obligando al uso del alfabeto griego), 15 de ellas convirtiéndose en huracanes, y 7 de ellos, en huracanes mayores (categoría 3 o superior), con uno de ellos convirtiéndose en el más poderoso de la historia en el Atlántico Norte, WILMA, de categoría 5, y una presión mínima superficial en su centro de 882 hPa (por ejemplo, cuando se produce una ciclogénesis explosiva, las borrascas extratropicales resultantes pueden tener una presión mínima central de unos 950 hPa).

Pero este artículo no está concebido para hablar de aquella temporada récord, sino para tratar de dar una opinión objetiva sobre si un aumento de la actividad ciclónico tropical en el Atlántico Nororiental es un peligro incipiente real para nuestro país en su conjunto, o si podemos estar tranquilos.

Lo primero que cabe decir al respecto es que todavía no están claros todos los parámetros que determinaron la increíble actividad registrada durante aquella temporada, tomada como referente inevitable, y la cual será necesario volver a referirse. Con lo cual, todo lo que se diga aquí, sea o no próximo a la realidad, serán meras hipótesis.

Hace muy pocos días, Ángel Rivera, Meteorólogo jubilado de la Agencia Estatal de Meteorología, escribió un interesante artículo en su blog personal, en el que trataba de hacer una reflexión similar a la presente, aunque mirando más a Europa Occidental en su conjunto, y no sólo a España.

Anomalía de temperaturas de aguas superficiales a nivel mundial, 04.10.05. Crédito: NOAA/NESDIS.

Anomalía de temperaturas de aguas superficiales a nivel mundial, 04.10.05. Crédito: NOAA/NESDIS.

En su artículo, el Sr. Rivera contemplaba un aumento del peligro de que ciclones extratropicalizados similares a SANDY pudieran en el futuro alcanzar países occidentales europeos, conservando una mayor intensidad, de los que ya ha habido hasta la fecha.

Esto se debería a que, como efecto del Calentamiento Global, el Atlántico Norte también sufriera un aumento de sus temperaturas (SST) y, por ende, la extensión hacia el este de las zonas tropicales del mismo.

Sin embargo, en este artículo, las consideraciones se acotan hacia las probabilidades de que los ciclones tropicales se formen directamente sobre aguas nororientales del Atlántico Norte.

En esta zona, debido a las corrientes oceánicas, las aguas son generalmente frías y, debido a la posición geográfica de Europa, sometido a la corriente general del oeste, es común que la cizalladura sea muy elevada por la proximidad de la corriente en chorro polar, o ramales de éste. En definitiva, suele ser un área hostil para el desarrollo tropical/subtropical.

Sin embargo, a veces los caprichos de la meteorología determinan que una serie de factores que afectan a grandes extensiones, tanto en vertical como en horizontal, de la atmósfera, interactúen de forma positiva, dando lugar a temporadas como la de 2005.

Se debe partir de la base de que, para que se formen ciclones tropicales en aguas atlánticas cercanas a nuestro país, su origen va a ser no tropical en casi todos los casos. Y, ¿qué debe ocurrir? Fácil: deben desprenderse bajas presiones de la corriente general del oeste, quedando aisladas en latitudes medias bajas. Es decir, latitudes inferiores a las que se encuentran las Azores, o proximas a las que se encuentran las Canarias.

Si esto ocurre en épocas del año como es septiembre o octubre (preferentemente este último mes), deben coincidir con otros muchos fenómenos. En este artículo se identifican dos:

  • Por un lado, humedad de origen tropical o subtropical, con altos valores de agua precipitable total.
  • Baja cizalladura, por un Anticiclón de las Azores anormalmente debilitado, o anormalmente desplazado de su lugar habitual.

Cuando una baja aislada, atrapa una pluma de humedad tropical, en un entorno de baja cizalladura, tiende a tropicalizarse.

Modelo conceptual de una sub/tropicalización de una borrasca extratropical

Modelo conceptual de una sub/tropicalización de una borrasca extratropical.

Así, la borrasca extratropical madre comienza a generar una zona de intensa convección cerca de su centro. Si las condiciones ambientales siguen siendo positivas, la convección se va organizando en espiral, originada en el extremo de la oclusión, y adquiriendo forma de coma o donut, al mismo tiempo que el sistema de frentes se va desprendiendo.

Cuando el proceso está completo, el donut convectivo se ha liberado por completo de las bandas nubosas frontales, y ya es un ciclón tropical completo. Esto es, por ejemplo, lo que ocurrió con el ciclón tropical GRACE de octubre de 2009, que pasó relativamente cerca de Galicia.

Es importante que el sistema de baja presión atrape estas plumas de humedad tropical, masas de aire cálidas e inestables, que en ocasiones incluso llevan asociada una amplia pero débil región depresionaria, otro factor que multiplica las posibilidades de formación de estos ciclones en caso de que haya interacción.

Pero para que se formen esas plumas de humedad, el océano debe de estar muy caliente, y deben de producirse fenómenos de transferencia de esa energía desde el océano a la atmósfera, y esto ocurre durante períodos en que hay intensas anomalías de SST en el Atlántico. Pero a la vez que esto ocurre, deben de ocurrir también otras anomalías en la atmósfera, de tal manera que el Anticiclón de las Azores se muestre anormalmente debilitado, o anormalmente desplazado de su lugar habitual.

Todo esto estimula que los vientos alisios se debiliten, y que se produzca ese incremento de SST. Además, favorece que haya una baja cizalladura, y el desprendimiento hacia el norte, de plumas de humedad inestables (a veces, incluso ondas tropicales).

Con todo lo considerado hasta ahora, mi opinión personal, y que no tiene por qué ser la realidad de la cuestión, es que estos fenómenos se producen cada cierto tiempo. Recordemos el precedente histórico del huracán que siguió una ruta similar a la del VINCE, en 1842, y que al parecer alcanzó la costa atlántica andaluza conservando una intensidad mayor que cuando lo hizo el VINCE de 2005…

Es probable que, con el aumento de las SSTs en el Atlántico, y la expansión hacia el este de las aguas tropicales, aumenten las probabilidades de formación de estos ciclones tropicales de origen no-tropical.

No obstante, con el ejemplo de GRACE de la temporada de 2009, se tiene que no es necesario que una temporada sea hiperactiva para que haya más probabilidades de formación de estos ciclones en las cercanías españolas.

Además, no parece que este aumento de casos vaya a ser significativo en los próximos años, ya que no depende solamente de las SST, sino de muchos otros factores que deben de darse al mismo tiempo, lo cual añade un factor suerte que seguramente hará que los casos sigan siendo aislados.

Es posible que, el aumento de casos detectados desde 2005, se deba a que se esté prestando una mayor atención a la atmósfera por dos motivos fundamentales: el acceso de la población a la información a través de internet (ahora todo el mundo puede obtener imágenes satelitales actualizadas desde innumerables fuentes); y la revolución tecnológica de los satélites meteorológicos, que permiten obtener mucha información y a una gran resolución.

Sea como fuere, este podría ser un bonito tema de discusión, que se podría generar en este hilo.

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