El CO2 atmosférico marca una concentración sin precedentes: nuevo récord histórico en 2024

La Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha confirmado que en 2024 la atmósfera terrestre alcanzó una concentración sin precedentes de CO₂, un nuevo máximo histórico que refleja la influencia de la actividad humana en nuestra atmósfera.
Los niveles del principal gas de efecto invernadero aumentaron más que en cualquier otro año registrado, superando ampliamente los valores medios de la última década.
Un incremento del CO2 sin precedentes
Según los datos de observatorios mundiales, el aumento de dióxido de carbono fue el mayor desde que comenzaron las mediciones sistemáticas.
El promedio mundial de CO₂ superó las 422 partes por millón (ppm), lo que representa un incremento anual superior al de los años anteriores.
Dicho ritmo de crecimiento se considera “alarmante” por los científicos de la OMM, que advierten de un desequilibrio creciente entre las emisiones humanas y la capacidad de absorción natural de los ecosistemas.
La concentración de CO₂ sin precedentes no es un hecho aislado: se suma a un contexto de temperaturas récord, pérdida de hielo marino y eventos meteorológicos extremos cada vez más frecuentes.
El aumento constante del gas refuerza el efecto invernadero y atrapa más calor en la atmósfera, contribuyendo al calentamiento global acelerado.
El papel de las actividades humanas y la reducción de sumideros naturales
El crecimiento de las emisiones está impulsado principalmente por la quema de combustibles fósiles y el uso del suelo, especialmente la deforestación.
La OMM destaca que los océanos y los bosques, grandes aliados en la absorción del dióxido de carbono, están mostrando signos de saturación y menor capacidad para capturarlo.
Este debilitamiento de los sumideros naturales agrava la situación, haciendo que una proporción cada vez mayor del CO₂ emitido permanezca en la atmósfera durante siglos. Los expertos señalan que incluso si se redujeran las emisiones hoy, los niveles actuales de CO₂ sin precedentes seguirían afectando al clima durante generaciones.

Metano y óxido nitroso
El metano (CH4) es el causante de cerca del 16 % del efecto de calentamiento del clima provocado por los gases de efecto invernadero de larga duración y tiene una vida media de unos nueve años.
Alrededor del 40 % del CH4 que se emite a la atmósfera procede de fuentes naturales que también son sensibles al clima, como los humedales, mientras que cerca del 60 % restante proviene de fuentes vinculadas a la actividad humana, como la ganadería de rumiantes, el cultivo de arroz, la explotación de combustibles fósiles, los vertederos y la quema de biomasa.

La concentración media mundial de CH4 en 2024 fue de 1 942 partes por mil millones (ppmm), lo que supone un aumento del 166 % respecto al nivel preindustrial (valor anterior a 1750).
El óxido nitroso (N2O) es el tercer gas de efecto invernadero de larga duración más abundante y procede tanto de fuentes naturales como de actividades humanas como la quema de biomasa, el uso de fertilizantes y diversos procesos industriales.
La concentración media mundial de este gas alcanzó 338,0 ppmm en 2024, esto es, un aumento del 25 % respecto al nivel preindustrial.
 
					 
 


 


 

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