El calentamiento del Océano Atlántico Norte y Tropical, está contribuyendo de manera decisiva a un cambio en el patrón climático de la Antártida. Esta la principal conclusión del trabajo de investigación publicado en Nature esta semana.
Por lejanos que parezcan estos lugares de nuestro Planeta, el grupo de científicos dirigido por Xichen Li, del Instituto Courant de Ciencias Matemáticas de la Universidad de Nueva York ha encontrado evidencias que relacionan cambios en el clima del Polo Sur con el gradual aumento de la temperatura superficial del Océano Atlántico.
Cambios en el clima de la Antártida
Según los autores del estudio, durante las últimas décadas el clima de la Antártida ha experimentado una serie de cambios que han alterado el patrón de vientos dominantes y un aumento progresivo de su temperatura, más elevado que otras regiones del Planeta.
Como hemos informado en anteriores ocasiones, los cambios en la temperatura de la Antártida está provocando en el Polo Sur un aumento de la superficie helada (que en el volumen del hielo, que está disminuyendo) como consecuencia de una redistribución de la banquisa antártica.
Hasta ahora se sabía que el clima del Polo Sur tenía una relación directa con los cambios en la temperatura superficial del Océano Pacífico, en concreto como respuesta a los cambios en los patrones de El Niño y La Niña.
Relación con el Índice AMO
Este trabajo se propuso investigar la relación entre la Oscilación Multidecadal del Atlántico (AMO, Atlantic Multidecadal Oscillation). Se analizaron largas series de datos que emparejaron los cambios en la Temperatura Superficial del Atlántico Norte y Tropical con cambios en el clima de la Antártida.
Observaciones y conclusiones del Estudio
Concretamente, los investigadores constataron que el calentamiento en las aguas de aquellas zonas del Atlántico, eran seguidos de alteraciones en el campo de la presión atmosférica en el Mar Amundsen la Antártida.
A su vez, los patrones de calentamiento en la superficie de la Antártida iban precedidos de una redistribución del hielo marino entre los mares Ross y Amundsen así como entre Bellingshausen y Weddell.
Además, los investigadores utilizaron un modelo atmosférico global para simular un calentamiento importante en aguas del Atlántico Norte, observando de igual forma esas alteraciones del clima antártico en la proyección numérica.
Este último experimento también ha servido para demostrar que la relación va en el sentido cambios en el Océano, redistribución del hielo en la Antártida (y no al revés) como se podía pensar en respuesta a otros estudios.
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