Se está generando un eructo de calor antártico

El océano que rodea la Antártida podría estar acumulando una enorme cantidad de energía térmica bajo su superficie y los científicos han detectado señales de que ese calor atrapado podría liberarse de manera repentina, en un fenómeno que ya ha sido bautizado como eructo de calor antártico.
Si esto llegara a ocurrir, se produciría un aumento temporal de las temperaturas globales, incluso en un escenario de reducción de emisiones.
Un océano que guarda más de lo que muestra
Este descubrimiento plantea nuevas preguntas sobre el papel del Océano Antártico como regulador del clima del planeta.
Durante décadas, ha absorbido buena parte del exceso de calor generado por las actividades humanas, funcionando como un amortiguador natural. Pero ese mismo proceso podría tener un reverso peligroso.
Cómo se origina el “eructo de calor antártico”
Las simulaciones realizadas con modelos climáticos muestran que, si el planeta lograra reducir drásticamente las emisiones de dióxido de carbono y entrar en una fase de enfriamiento atmosférico, el océano austral podría responder liberando el calor que ha almacenado durante tanto tiempo.
Este fenómeno actuaría como una especie de válvula de escape que equilibra el sistema, pero con consecuencias potencialmente importantes.
El eructo de calor antártico no implicaría necesariamente una gran emisión de CO₂ al aire, ya que la composición química del agua de mar limita esa transferencia. Sin embargo, sí podría devolver a la atmósfera una cantidad considerable de energía térmica, suficiente para alterar la tendencia de enfriamiento global durante décadas.
Un proceso que desafía las previsiones
Aunque los investigadores subrayan que se trata de un escenario teórico, el hallazgo advierte sobre la naturaleza no lineal del sistema climático.
El océano podría comportarse de manera inesperada cuando cambien las condiciones globales.
Este eructo de calor antártico actuaría como un “recordatorio” de que el planeta no responde de forma instantánea a la reducción de emisiones, sino con retrasos y reacciones complejas.
El volumen de calor liberado sería comparable al calentamiento que se ha venido acumulando en los últimos siglos, pero concentrado en un periodo mucho más corto.
Esto alteraría patrones atmosféricos, corrientes oceánicas y posiblemente la extensión del hielo marino.
Una llamada a la vigilancia científica
Comprender y vigilar este posible eructo de calor antártico será clave en los próximos años.
Los expertos insisten en que se deben reforzar las observaciones del océano austral y mejorar los modelos que representan su circulación profunda.
Si el calor atrapado bajo las aguas antárticas encuentra una vía de escape, podría marcar un nuevo capítulo en la evolución del clima terrestre.



Visto el ritmo completamente desenfrenado de incremento apocalíptimo de las temperaturas que estamos sufriendo sin que se haya producido este evento, en cuanto ocurra (recuérdese, un subidón de temperaturas similar al que llevamos acumulando durante siglos pero de manera súbita), nos vamos en España a inviernos a 50 grados y veranos a 80 grados. Próxima extinción masiva en el planeta Tierra inminente. Quizá en 50 ó 60 años, no más.