Una misión espacial de la ESA buscará cambios en la AMOC

Una futura misión espacial de la ESA medirá con precisión la desaceleración de la gran cinta transportadora oceánica (AMOC).
Como sabemos, conocer con precisión cuál es el grado de modificación de la intensidad y trayectoria de esta corriente oceánica, se antoja como un hecho fundamental para la comunidad científica experta en el clima del planeta que permitirá ponderar el posible impacto del calentamiento global en el clima de la Tierra y de Europa Occidental en particular.
Una nueva mirada desde el espacio a la circulación oceánica
La Agencia Espacial Europea (ESA) ha anunciado una ambiciosa misión para monitorizar con precisión los cambios en la llamada cinta transportadora oceánica, más técnicamente conocida como Circulación Meridional de Vuelco del Atlántico (AMOC, por sus siglas en inglés).
Esta gigantesca corriente, que regula el clima del hemisferio norte, está mostrando signos de debilitamiento preocupantes, según diversos estudios que ya se han presentado en este blog en ocasiones anteriores.
Gracias a una nueva misión de gravedad espacial, la ESA podrá detectar y analizar con mayor detalle estos posibles cambios en la AMOC.

Un sistema crucial para el clima global
La AMOC funciona como una gigantesca cinta transportadora de agua, calor y sal, conectando los trópicos con el Atlántico Norte.
Su papel es esencial para mantener la estabilidad climática en Europa y América del Norte.
Sin embargo, múltiples estudios advierten desde hace años de un progresivo debilitamiento.
Este fenómeno podría tener consecuencias graves, como inviernos más fríos en Europa, subida del nivel del mar en la costa este de EE.UU., y alteraciones en los monzones.
Consciente de esta amenaza, la ESA lanzará una misión satelital que buscará medir variaciones sutiles en el campo gravitatorio terrestre, con el fin de observar cómo se redistribuye el agua en los océanos. Esta información es clave para seguir con precisión los cambios en la AMOC.
La ESA buscará cambios en la AMOC
Mediante esta futura misión de la ESA, aún en fase de planificación, utilizará un innovador concepto de satélite que incluye dos plataformas volando en tándem a muy baja altitud, separadas por apenas 100 km.
La distancia entre ambas se medirá con una precisión milimétrica, lo que permitirá detectar incluso mínimas variaciones en la gravedad terrestre causadas por desplazamientos masivos de agua.
Este avance tecnológico supone un salto cualitativo respecto a anteriores misiones como GRACE y GOCE, ya que permitirá estudiar con mayor resolución la dinámica interna de los océanos.

Una herramienta clave frente al cambio climático
Los científicos alertan de que la AMOC podría estar acercándose a un punto de no retorno, por lo que disponer de una herramienta precisa que detecte su evolución pasada, presente y futura.
Comprender y anticipar el comportamiento de esta corriente oceánica será crucial para preparar respuestas climáticas adecuadas a nivel global.
La ESA, con esta nueva misión de observación terrestre, se coloca a la vanguardia de la investigación climática, proporcionando datos imprescindibles para vigilar el pulso de los océanos y el futuro del clima mundial.
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