Anomalía media de presión atmosférica a nivel de la superficie para el conjunto de febrero de 2014. Modelo CFS.

Este mes de febrero de 2014 puede ser prolífico en temporales atlánticos, y es que los modelos meteorológicos apuestan a que buena parte del Atlántico Norte va a estar dominado por profundas borrascas.

A este respecto, en el foro de debate de este portal hay dos puntos calientes:

  • El seguimiento de Teleconexiones Estratosfera – Troposfera y Vórtice Polar.
  • El seguimiento y análisis de modelos, con lo que se prevé que ocurra en la Troposfera.

Podemos comenzar por la figura que encabeza esta noticia, y que muestra, según el modelo meteorológico estacional CFS, la anomalía media de presión atmosférica a nivel de superficie para el conjunto del mes.

Destaca, de forma muy importante además, la gran anomalía negativa con centro al oeste de Irlanda, y que determina la continuidad del patrón atmosférico responsable de la formación de profundas borrascas en esta zona del Atlántico Norte.

Aún hoy se están padeciendo los efectos de la última, la borrasca NADJA, y este modelo estacional prevé que el patrón continúe, y se formen nuevas borrascas, muy profundas, con posibilidad de que igualen o superen a estas últimas.

Anomalía de altura geopotencial de 500 hPa, prevista para el 5 febrero a las 06 UTC, modelo GFS.

Por lo pronto, las previsiones, en este caso, del modelo GFS, apuntan en esa dirección de forma clara. Solo hay que ver esta figura de anomalía de altura geopotencial de 500 hPa, prevista para el 5 de febrero, a nivel de todo el Hemisferio Norte.

Se aprecia cómo la zona de anomalías negativas más pronunciadas en todo el hemisferio se asentará sobre las Islas Británicas.

Campo isobárico de superficie y geopotencial de 500 hPa, previstos por el GFS para el 6 febrero, a las 18 UTC.

A efectos prácticos en nivel de la superficie, esto se traduce en un dominio total de las bajas presiones sobre las aguas septentrionales del Atlántico Norte, desde las Islas Azores, con un anticiclón muy debilitado y desplazado hacia aguas subtropicales.

Así, para el próximo 6 de febrero y según el modelo GFS, orbitando alrededor y por el flanco sur de una amplia región depresionaria que incluye centros depresionarios muy profundos en altas latitudes, se desplazarán otras borrascas en pleno proceso de intensa ciclogénesis. No podemos saber si será explosiva o rápida, pero que puede tener como consecuencia la continuidad de temporales de viento y marítimos, con olas gigantes, afectando a Europa Occidental, especialmente tercio norte de España, costas de Francia e Irlanda, entre otros países.

Además de esto, en la categoría de Teleconexiones y seguimiento de la Estratosfera y el Vórtice Polar, los modelos meteorológicos también están detectando cambios importantes y de interés, aunque sin saber de forma clara cuáles serán sus efectos sobre los patrones atmosféricos en la Troposfera.

Análisis de temperatura a 10 hPa por el modelo GFS, 1 febrero a las 00 UTC. Crédito: NOAA.

Por lo pronto, la situación actual al nivel de 10 hPa, dibuja una estructura de dipolo, con una bolsa fría (que equivale a un centro ciclónico) sobre Canadá y Groenlandia, y una bolsa cálida (que equivale a un centro anticiclónico) sobre Europa Occidental.

Este tipo de configuración es típico y conocido por provocar estrés sobre el vórtice polar normal, de circulación ciclónica, y que suele asentarse sobre el Ártico.

Así, este estrés puede determinar un cambio de fase, de tal manera que puede producirse una bilocación, con la ruptura en dos del vórtice polar e, incluso, terminar en una inversión del vórtice polar hacia una circulación anticiclónica, invirtiéndose. Esto es, un Calentamiento Súbito Estratosférico o CSE.

Temperatura al nivel de 10 hPa, prevista por el GFS para dentro de 240 horas. Crédito: NOAA.

Precisamente es la previsión, a +240 horas, eso sí, que hace el modelo GFS, y a la que acompaña también el europeo IFS.

Animación del proceso, entre las dos diapositivas anteriores.

¿Consecuencias teóricas? Los cambios de fase en el Ártico se relacionan con fuertes recrudecimientos del invierno en Europa, y con la activación y descenso de latitud, de los trenesde borrascas… Recuérdese lo acaecido durante el invierno 2009 – 2010, como ejemplo más extremo.

No cabe duda de que, si se produce esta evolución en la Estratosfera, deben producirse cambios en los patrones atmosféricos justo debajo, en la Troposfera. Estaremos atentos por si estos cambios fuesen conducentes a un recrudecimiento del invierno en Europa y/o nuestro país.

Hay que tener en cuenta que los efectos de estos cambios en la Estratosfera suelen tardar varias semanas en propagarse hacia la Troposfera.


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