05.10.10. Un grupo de científicos del Instituto Goddard de Estudios Espaciales (GISS), ha realizado un completo informe acerca de los registros termométricos tan altos que se han registrado en diversos puntos del Planeta el pasado verano (en especial en Rusia y en el Este de Estados Unidos), realizando una interesante comparativa con otros años. ¿Hasta qué punto son esos datos tan exagerados? Aquí puedes aportar tu punto de vista y conocer la opinión del del resto de la comunidad meteorológica de cazatormentas.net. (Lee un extracto del informe a continuación).

 

La ola de calor sin precedentes que sufrió el Este de Europa el pasado verano (las altas temperaturas y los incendios de Rusia fueron primera plana de múltiples informativos muchos días), las altísimas temperaturas del Este de los Estados Unidos en la primera quincena de julio, así como los diferentes informes que hemos leído de distintas agencias meteorológicas oficiales como AEMET nos llevan a preguntarnos ¿ha sido el verano de 2.010 tan cálido como se afirma en nuestro Planeta?

Los científicos del Instituto Goddard de Estudios Espaciales (GISS) en Nueva York se han hecho esta cuestión y han realizado un completo informe en el que analizan las temperaturas del pasado verano en múltiples observatorios del planeta, estudiando en cada caso si la temperatura se incrementó (y cuánto) en comparación con años anteriores.

 

Este mapa, realizado por la NASA a partir de los datos del sensor MODIS a bordo del satélite Terra de la NASA, muestra las anomalías de la temperatura en Rusia del 20 a 27 julio, 2010 , en comparación con las temperaturas para las mismas fechas en el período 2000-2008.

Según el GISS, el período de junio a agosto de 2.010 fue el cuarto más cálido a nivel mundial desde que en 1.880 el NOAA comenzó a almacenar registros fiables.

Sin embargo, el mismo período de 2.009 fue aún más cálido (se situó en segundo lugar en la misma serie). El porqué se explica en que en el verano de 2.010 la temperatura no llegó a ser tan elevada debido al efecto del fenómeno de La Niña (que provoca temperaturas más frías de lo normal en el Océano Pacífico ecuatorial) mientras que en el verano de 2.009 dominaba El Niño (produciendo temperaturas más altas de lo normal en el Océano Pacífico ecuatorial).

El informe elaborado por el grupo de científicos de la NASA dirigido por James Hansen, hace notar, sin embargo, un concepto muy importante que debe quedar claro; la percepción de que la temperatura que tenemos en nuestro entorno nunca debe hacernos suponer, que por frías o cálidas, deben ser extrapoladas a lo que es la tónica del Planeta. Y pone dos ejemplos muy claros de los que hemos hablado largo y tendido este año en nuestro foro de debate:

  • El primero está en el invierno de 2009/10, cuando extensas zonas pobladas de Estados Unidos y Europa, sufrieron un riguroso invierno. Sin embargo, esto no es lo que sucedía a nivel global en el Planeta en ese momento, el período diciembre-febrero de 2.010 fue el segundo más cálido en 130 años.
  • El segundo ejemplo lo indican con el registro de temperatura global del Planeta de la primavera de 2.010, que ha resultado ser la que ha marcado los valores más altos desde que se tienen datos en 1.880. Pero esto no implica que 2.010 vaya a ser el año más caluroso de la historia que para Hansen y su equipo seguirá siendo 2.005.

 

Estos cuatro mapas muestran las anomalías de la temperatura con respecto a 1951-1980 para los dos últimos veranos e inviernos, es decir, muestran cómo las temperaturas en las diferentes estaciones se diferencian de las temperaturas promedio desde 1951-1980. Los cálidos veranos en el este de Europa y gran parte de los Estados Unidos crearon la falsa impresión del registro de las temperaturas globales este verano (abajo a la derecha) mientras que los inviernos inusualmente fríos en las mismas regiones tenían el efecto contrario durante el invierno de 2010 (inferior izquierda)

Volviendo al verano de 2.010 ¿qué provocó la ola de calor de Rusia? El comportamiento meteorológico de una región determinada se produce en un entorno muy complejo e inestable, impulsado por una multitud de factores, por lo que es un tremendo error fijarse únicamente en el cambio climático como causa principal. En ese sentido, Hansen afirma que es incorrecto decir que la ola de calor de Moscú fue causada por el cambio climático. Sin embargo, sí asevera, que reinando las mismas condiciones atmosféricas en una época pre-industrial, no se habría producido tal episodio de temperaturas extremas.

Recordemos que la ola de calor de Rusia fue un acontecimiento muy inusual. Su intensidad en la zona supera todos los registros de temperatura desde que se tienen datos en 1880. De hecho, un meteorólogo ruso líder afirmó que el país no había experimentado una intensa ola de calor en los últimos 1.000 años. Y un destacado meteorólogo de Weather Underground estima tal evento se puede producir tan sólo una vez cada 15.000 años.

La conclusión podría ser que la frecuencia de anomalías cálidas extremas aumentan de manera desproporcionada a medida que aumenta la temperatura global del Planeta, afirma Hansen.

 

Esta gráfica de anomalía térmica, muestra en su parte inferior la sucesión las grandes erupciones volcánicas han ocurrido con triángulos verdes. Más abajo, se muestra la actividad de El Niño (rojo) y La Niña (azul) en cada época.

 

Por último, este mapa muestra las anomalías de la temperatura con respecto a 1951-1980 para el verano de 2010.