Imagen visible de la borrasca JOLLE, satélite GOES – East, 25.01.13, 13:15 UTC. Crédito: NASA.
25.01.13. El satélite GOES – East captaba hace poco más de dos horas esta imagen de la borrasca que está llamada a convertirse en un monstruoso ciclón, tras sufrir un proceso de ciclogénesis explosiva de una intensidad extraordinaria.
Ayer hicimos una primera referencia a este fenómeno, usando la palabra bombogénesis, que es usada como sinónimo de ciclogénesis explosiva, pero que quizás por su sonido más contundente sea más apropiado su uso para procesos tan intensos como el que ya ha comenzado.
El Departamento de Meteorología de la Universidad de Berlín ya ha asignado nombre a esta borrasca: JOLLE.
Los pronósticos en cuanto la intensidad de este proceso no han cambiado demasiado en las últimas salidas de los modelos meteorológicos, tal como se comenta en el foro de debate.
Como ejemplo llamativo, hemos querido mostrar la situación actual, según el análisis del modelo UKMO – Bracknell, y la prevista por el mismo modelo, 24 horas después.
Análisis de superficie para el Atlántico Norte, 25.01.13, 06 UTC. Crédito: wetterzentrale.
Análisis de superficie para el Atlántico Norte, previsto para el 26.01.13, 06 UTC. Crédito: wetterzentrale.
Esto supone un descenso de la presión mínima estimada en el centro de la borrasca de 57 hPa en 24 horas, y tal presión, por comparar con un huracán atlántico, equivaldría a un huracán de categoría 4 intenso, rozando la categoría 5.
Los términos ciclogénesis explosiva, bombogénesis o bombas meteorológicas, hacen referencia a un proceso meteorológico por el cual una borrasca extratropical sufre una gran profundización en un corto intervalo de tiempo. Existen valores umbral para poder definir un proceso de ciclogénesis como explosiva: Sanders-Gyakum (1980) las definieron como aquellas en las que la caída de la presión central en superficie en un periodo de 24 horas, es superior a 24 • senα / sen60, siendo α la latitud promedio del centro de la baja durante ese periodo (18 hPa / 24 horas, para 41º), siendo igualmente válidos, múltiplos de este ratio, es decir, la mitad del valor obtenido, para un periodo de 12 horas en vez de 24. Otro criterio similar es el Carlson (1991), que establece un valor de 12 hPa / 24 horas, para 45º de latitud, siendo estos umbrales referidos a ciclogénesis atlánticas.
Teniendo en cuenta que el proceso que nos ocupa tendrá lugar en una latitud promedio de unos 52,5ºN, tenemos que el umbral para considerar como explosivo a un proceso de ciclogénesis es de un descenso de presión de 22 hPa en 24 horas.
En el caso que nos ocupa, el ratio de profundización será muchísimo mayor, más del doble del umbral.
Ahora, lo que más preocupa es el oleaje que este monstruo pueda causar, y su infuencia como mar de fondo en las costas españolas.
Se han usado varios modelos.
Altura significativa de ola (piés) y dirección de la primera ola (grados), a partir de datos del NOAA. Crédito: stormsurf.
Según esta primera animación, el tamaño del oleaje generado por la borrasca se sale de la escala en un pequeño área justo bajo el centro del ciclón. El mar de fondo terminaría alcanzando a las costas gallegas y las bañadas por el Mar Cantábrico, de forma importante, pero ni mucho menos excepcional, con olas de 8 a 8,5 m en mar de fondo del noroeste.
Altura significativa de ola (piés) y dirección de la ola primaria (vectores). Modelo WAM. Crédito: yosurf.
El modelo WAM muestra unas previsiones muy similares al caso anterior.
Altura significativa de ola (m.) y dirección de la ola primaria (vectores). Modelo WAM. Crédito: Universidad de Atenas.
Esta última previsión también corresponde al modelo WAM, pero indica una altura de ola algo menor, entre 7 y 8 m.
En cualquier caso, deberá vigilarse el mapa de avisos de la Agencia Estatal de Meteorología, que ya mantiene previstos hasta de nivel naranja por fenómenos costeros y olas de hasta 6 m. en el caso del domingo; altura que quedaría por debajo de lo previsto por estos modelos.
Sin embargo, Irlanda se llevará un importante envite de este oleaje, por lo que permaneceremos pendientes a los datos que vayan llegando desde allí.
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