Florida Lights out ... 10/06 and 10/07 #SNPP #VIIRS DayNightBand (DNB) Composite http://re.ssec.wisc.edu/s/tiIzZ #RealEarth™ #UWSSEC #UWCIMSS, vía @RussellDengel en Twitter.

«Florida Lights out … 10/06 and 10/07 #SNPP #VIIRS DayNightBand (DNB) Composite http://re.ssec.wisc.edu/s/tiIzZ #RealEarth™ #UWSSEC #UWCIMSS» @RussellDengel en Twitter.

El gran huracán Matthew sigue en el primer puesto de la actualidad informativa meteorológica, desatando toda su furia hoy a lo largo de la costa este de Florida. Su huella se deja ver tanto a vista de satélite, con los apagones que se están registrando, como en los registros de las boyas meteorológicas que va encontrando en su camino.

Pero, además, también tenemos que hacernos eco de forma obligatoria de la extraña trayectoria prevista por los modelos, que le llevarían a dar una vuelta completa y regresar al norte de las Bahamas. Todo esto, a continuación…

El rastro de Matthew en la red de boyas meteorológicas del NOAA.

La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, más conocida por sus siglas en inglés NOAA, dispone de una densa red de boyas meteorológicas que toman en registro continuo distintos datos meteorológicos.

Esta rutina es especialmente importante en situaciones de huracanes intensos u otros fenómenos meteorológicos que impliquen riesgo para la población, porque permite obtener observaciones en tiempo real durante el desarrollo de dichos fenómenos.

Tal como se ha desarrollado en el foro de debate, la huella que deja un huracán en estos registros es muy característica.

Caída de la presión registrada por una boya meteorológica del NOAA, al paso del huracán Matthew.

Caída de la presión registrada por una boya meteorológica del NOAA, al paso del huracán Matthew.

Ya sabemos que el gradiente de presión se hace máximo en la pared del ojo de un ciclón tropical, así como la intensidad de sus vientos, que es igualmente máxima en esa región.

Gran huracán MATTHEW visto a través del canal visible y en alta resolución. 3 de octubre de 2016, satélite AQUA (sensor MODIS).

Gran huracán MATTHEW visto a través del canal visible y en alta resolución. 3 de octubre de 2016, satélite AQUA (sensor MODIS).

Pues bien, los registros que realizan estas boyas al paso de uno de estos colosos reflejan tales características de forma fiel a los modelos conceptuales.

En este caso, las gráficas corresponden al acercamiento de Matthew a una de estas boyas, ubicada al sur-sureste de Jamaica, durante el pasado 3 de octubre, antes de que el huracán impactase de forma directa en Haití y el este de Cuba.

Pero en las estaciones terrestres, la huella no es distinta… Y lo podemos comprobar con las mediciones realizadas en Cabo Cañaveral, ya que el ojo de Matthew se encuentra barriendo la costa este de Florida, sin penetrar aún en tierra.

Así la presión cae de forma dramática al mismo tiempo y de la misma forma que la velocidad del viento se incrementa (cae al paso del ojo y vuelve a aumentar tras su paso).

Un extraño «loop» puede devolver a Matthew a las Bahamas.

Vigilancias / avisos costeros y cono de incertidumbre, en previsión a 5 días, para el centro de los huracanes MATTHEW (izquierda) y NICOLE (derecha). Crédito: Centro Nacional de Huracanes de Florida.

Vigilancias / avisos costeros y cono de incertidumbre, en previsión a 5 días, para el centro de los huracanes MATTHEW (izquierda) y NICOLE (derecha). Crédito: Centro Nacional de Huracanes de Florida.

El otro punto de interés de Matthew, es la trayectoria que le pronostican los modelos meteorológicos que, tras dibujar un loop, que le llevaría de vuelta al norte de las Bahamas como tempestad tropical.

Comparando los pronósticos oficiales del Centro Nacional de Huracanes de Florida tanto para Matthew como para Nicole, da la impresión fundada de que los pronósticos de ambos ciclones puede responder a una interacción entre ambos.

Se trata del Efecto Fujiwara del que se cumplen ahora 95 años de su enunciado. Esta interacción implica que dos sistemas de baja presión (puede ocurrir entre ciclones tropicales o entre borrascas) orbiten en torno a un centro común. Y como se trata de ciclones, el giro es antihorario en el Hemisferio Norte.

4000 días sin que un huracán mayor impacte en los USA.

Técnicamente, Matthew todavía no ha hecho impacto en tierras de los USA. Según indican expertos estadounidenses, el ojo y la pared del ojo debe penetrar completamente en tierra para considerarse como impacto.

Por lo tanto, siguen acumulándose los datos de interés sobre este huracán que ha puesto patas arriba una temporada de huracanes 2016 en el Atlántico Norte que estaba transcurriendo sin estridencias.

La cara más desafortunada de este fenómeno natural tan interesante desde el punto de vista científico, la cuantía total de fallecidos, que sigue aumentando… y la de daños materiales, que será enorme.

Tanto en el foro como en las redes sociales (especialmente en Twitter) seguimos haciendo exhaustivo seguimiento.