Imagen de alta resolución centrada sobre el Mar Rojo, satélite AQUA, 06.06.12. Credito: NASA.

Imagen de alta resolución centrada sobre el Mar Rojo, satélite AQUA, 06.06.12. Credito: NASA.

09.06.12. Hace tan sólo 3 días, ocurrió un fenómeno muy interesante en la ciudad santa de La Meca (Arabia Saudita), cuando el tiempo cambió, de forma súbita, desde un ambiente pulvirulento a 45ºC, hasta uno tormentoso y con lluvia. El meteorólogo Jeff Masters nos explica este impresionante fenómeno.

Sorprendentemente, ¡la temperatura del aire durante la tormenta estaba en unos abrasadores 43ºC, y la humedad en un 18% escaso!

Es extremadamente raro que se produzca lluvia cuando la temperatura sube por encima de 38ºC, ya que estos valores térmicos normalmente requieren altas presiones con movimientos subsidentes (descendentes) de las masas de aire, lo que inhibe la formación de la lluvia.

Sin embargo, el pasado 4 de junio, una brisa marítima se formó a lo largo de la costa del Mar Rojo (ver imagen que encabeza esta noticia), penetrando tierra adentro durante unos 70 km. hasta La Meca, a media tarde.

El aire húmedo fluyendo hacia el este desde el Mar Rojo golpeó el límite de la brisa marítima, viéndose forzado a ascender, generando chubascos tormentosos.

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De acuerdo con el Investigador de Récords Meteorológicos, Maximiliano Herrera, esta es la temperatura más alta conocida en la que la lluvia ha caído, en cualquier parte de mundo. Él conoce otro caso en el que la lluvia cayó con 43ºC: Marruecos, el 10 de julio de 2010. Así, una tormenta que comenzó a las 5 de la tarde trajo la lluvia en un ambiente con un 14% de humedad relativa, enfriando la temperatura hasta los 33ºC en la hora siguiente.

¿Algo más parecido a una ducha caliente que a una lluvia refrescante?

Las tormentas a menudo producen grandes gotas de lluvia fría, ya que estas gotas se forman a varios miles de metros de altura, donde las temperaturas son mucho más frías que cerca de la superficie.

Algunas gotas, incluso tienen su origen en forma de nieve o partículas de hielo, que se derriten en su camino hacia la superficie. Un enfriamiento adicional de las gotas de lluvia ocurre debido a la evaporación en el camino hacia abajo (consecuente absorción de calor latente que enfría el entorno).

Sin embargo, en el caso del 4 de junio de 2012, con la tormenta en La Meca, pienso que la lluvia fue probablemente algo más aprecido a una ducha caliente.

Grandes gotas de lluvia, como las que este tipo de tormentas producen, cayeron a una velocidad de unos 10 m/s. Un radiosondeo tomado a las 3 de la tarde en hora local, de una estación cercana (Al-Midinah), encontro una temperatura de 36ºC a 1000 m. de altitud. De este modo, las gotas de lluvia habrían estado sometidas a 100 segundos de calentamiento por un aire muy caliente en su camino hacia la superficie, probablemente calentándolas hasta los 38ºC en el momento de su llegada al suelo.

De un estudio de 1948 sobre gotas de lluvia, se desprende que en el caso que nos ocupa la temperatura de las gotas de lluvia al llegar al suelo podría haber sido de 41ºC.

¿Cómo de cálido puede ser un ambiente y estar todavía lloviendo?

Si grandes cantidades de agua líquida están presentes en la Tierra, el planeta va a experimentar la lluvia, siempre y cuando exista algún mecanismo para elevar el aire cálido y húmedo y provocar la condensación.

Si el clima continúa calentándose como era de esperar, deberíamos ver un número creciente de casos en los que llueve a temperaturas muy por encima de 38ºC. El sábado, 2 de junio, la temperatura en La Meca golpeó 51,4​​ºC, un nuevo récord para la ciudad, y sólo 0.6ºC por debajo del récord de temperatura más cálida de todos los tiempos de Arabia Saudita ( 52ºC, registrada en Jeddah el 22 de junio de 2010) espero que en 20 40 años a partir de ahora, vamos a comenzar a ver los casos puntuales donde la lluvia cae a una temperatura por encima de 47ºC en las regiones desérticas del norte de África y Oriente Medio.

Puedes encontrar el artículo original de Jeff Masters, en su blog.