Precipitaciones acumuladas (mm.) entre el 5 y el 12 de mayo de 2011, en Filipinas. Crédito: NASA.
18.05.11. La tormenta tropical AERE hizo impacto en el archipiélago de Filipinas, a través de la región conocida como Bisayas Orientales, durante el pasado día 8 de mayo. En su recorrido, dejó una huella en forma de increíbles acumulados de precipitación, que ponen de manifiesto lo destructiva que puede llegar a ser una tormenta tropical, que se supone que es un ciclón tropical de baja intensidad.
Este es un error en el que se cae con frecuencia: pensar que una tormenta tropical no supone un desastre potencial para una región o un país. Sin embargo, y precisamente, las lluvias torrenciales pueden ser el elemento más peligroso de este tipo de ciclón tropical, ya que se suelen caracterizar por convección muy profunda, que abarca una extensa área, y que es muy eficiente a la hora de producir precipitaciones. Son como enormes Sistemas Convectivos de Mesoescala, asociados a un área de baja presión en superficie, variable en profundidad. Y, aunque no tenga la organización de un huracán, o tifón, ni produzcan los intensos vientos que estos últimos generan, las lluvias torrenciales se convierten en un elemento de devastación muy poderoso a no perder de vista bajo ningún concepto.
En este caso, el mapa de acumulados de precipitación, entre el 5 y el 12 de mayo, en las Filipinas, es muy elocuente. El máximo de acumulados, con cantidades superiores a los 600 litros por metro cuadrado, afecta a la isla más oriental del conjunto que recibe el nombre de Islas Bisayas. Precipitaciones inferiores, pero muy importantes igualmente, con cantidades por encima de los 300 mm. se extienden por varias islas más de este conjunto. Estas lluvias desastrosas dejaron una cifra oficial de muertos de 31.
Este mapa de precipitaciones ha sido generado a partir de datos obtenidos a través de satélites meteorológicos de la NASA.
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