Al llegar agosto empiezan a acercarse a la Península Ibérica algunos frentes nubosos, primeros síntomas de que la atmósfera comienza a despertar tras las jornadas más duras del verano. Pero la mayoría de las ocasiones esas perturbaciones solo provocan nublados y algunas tronadas secas.

Es el caso del paso de este frente por la Costa del Sol que dejó algunos chaparrones e incluso truenos durante la mañana del 1 de agosto de 2017. En el cielo se paseaban principalmente Altostratus translucidus con mammas y virgas. Además, al caer la tarde, la llegada de bandas de Altocumulus castellanus y el sol de poniente dejaron un precioso candilazo.

Las mammas son esos sacos nubosos, en forma de globos, que cuelgan de algunas nubes hacia tierra; mientras que las virgas son las cortinas de precipitación que se observan en el cielo bajo ciertos tipos de nubes pero que en la mayoría de los casos no dejan lluvia o nieve en tierra… o bien solo dejan algunas gotas como fue el caso de esta jornada.

Además, el cielo presentaba un aspecto marronáceo, calima fruto de la advección de polvo sahariano que estaba impulsando ese día el frente nuboso sobre la Península Ibérica, dejando inestabilidad más acusada en otras regiones del interior peninsular e incluso mucho más al Norte, en los países de Europa Occidental.

Para acabar la jornada, el cielo se encendió gracias a la llegada de Altocumulus castellanus desde el Oeste iluminados por el sol que se despedía. Un bonito espectáculo al anochecer.