Los océanos se calientan cuatro veces más rápido que a finales de los 80

Un nuevo estudio advierte que los océanos se calientan a un ritmo sin precedentes, aumentando drásticamente en las últimas décadas y superando todas las previsiones.
El trabajo de investigación publicado en Environmental Research Letters ha detectado que a finales de la década de 1980 los océanos se calentaban a un ritmo de 0,06 °C por década, mientras que ahora lo hacen a una velocidad de 0,27 °C por década.
Esta aceleración ha contribuido directamente a los récords térmicos de 2023 y principios de 2024, y según los expertos, la tendencia continuará si no se toman medidas urgentes para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
El efecto del desequilibrio energético de la Tierra
El calentamiento acelerado de los océanos no es un fenómeno aislado, sino que está vinculado al desequilibrio energético de la Tierra (EEI), que se ha duplicado aproximadamente desde 2010.
Este desequilibrio ocurre porque el planeta absorbe más energía del Sol de la que logra liberar al espacio, en gran parte debido al aumento de los gases de efecto invernadero y la reducción de la reflectividad de la atmósfera.


El profesor Chris Merchant, autor principal del estudio y miembro de la Universidad de Reading y del Centro Nacional de Observación de la Tierra, explica esta situación con una metáfora ilustrativa:
«Si los océanos fueran una bañera de agua, en la década de 1980 el agua caliente corría lentamente, calentándola apenas una fracción de grado cada década. Pero ahora el agua caliente corre mucho más rápido y el calentamiento ha cobrado velocidad. La forma de frenar ese calentamiento es empezar a cerrar el grifo, reduciendo las emisiones globales de carbono y avanzando hacia el objetivo de cero emisiones netas».
Récords de temperatura en 2023 y 2024: la señal de advertencia
Durante 450 días consecutivos en 2023 y principios de 2024, las temperaturas oceánicas globales alcanzaron máximos históricos.
Parte de este calor extremo se debió a El Niño, un fenómeno climático natural que calienta las aguas del Pacífico.
Sin embargo, los científicos han comparado este evento con el de 2015-2016, encontrando una gran diferencia: aunque ambos episodios de El Niño fueron similares, la temperatura del océano en 2023-2024 fue notablemente más alta.

De hecho, se estima que el 44 % de este calor récord se debió al calentamiento acelerado del océano en los últimos 10 años, y no a El Niño en sí mismo.
Esto confirma que la tendencia subyacente del calentamiento global está superando los efectos naturales del clima, impulsada principalmente por el aumento de las concentraciones de CO₂ y otros gases de efecto invernadero.
Los océanos se calientan a un ritmo sin precedentes
Los expertos advierten que el ritmo de calentamiento global observado en las últimas décadas no es una buena guía para el futuro. De hecho, los datos sugieren que el calentamiento registrado en los últimos 40 años podría ser superado en solo 20 años.


Dado que los océanos actúan como reguladores del clima global, este aumento de temperatura tendrá un impacto directo en las olas de calor, los eventos meteorológicos extremos y la estabilidad de los ecosistemas marinos.
Para evitar que el calentamiento global se acelere aún más, los científicos subrayan la urgencia de reducir drásticamente la quema de combustibles fósiles. Solo una reducción rápida y sostenida de las emisiones de gases de efecto invernadero puede frenar esta tendencia y evitar que el sistema climático alcance puntos de no retorno.
Creo que queda bastante claro que no se va a reducir la emisión de gases de efecto invernadero con la suficiente rapidez. Es más, aunque las energías alternativas representen una fuente de negocio, las necesidades de energía crecen tan deprisa que siempre serán una parte de un todo que emite cada vez más. Hay todavía demasiada pobreza en el mundo para decrecer y falta voluntad para crecer de forma sostenible. Y en última instancia, los países ricos que deberían invertir están mas preocupados por el envejecimiento de su población, que necesita de más crecimiento y población para mantener el bienestar social tal como lo entendemos ahora, insostenible y camino de acabar con los recursos del planeta. Por otro lado, no hay nada como una crisis para estimular la imaginación humana y el desarrollo. A trompicones, pero nos salvaremos, solo hay que tener suerte y no estar quienes se queden por el camino. Un rico tiene muchas más probabilidades de salir adelante que los pobres, expuestos a los excesos de la naturaleza. Se podría hablar horas de los problemas y sus posibles soluciones, pero no hay tiempo de llevar a cabo ninguna medida, salvo que se produzca una emergencia como la de la pandemia. Sin embargo, sucedió en Valencia y sigue sin solucionarse porque los más afectados son pobres y porque la escala es relativamente pequeña. Pronto veremos que pasa a escalas más grandes.