La ola de calor es noticia en España estos días y muchos de vosotros nos escribís comentando que estáis hartos tanto de las altas temperaturas, como del tratamiento abusivo que el tema está desarrollándose en los medios de comunicación.
Hoy, os recordaremos qué parámetros meteorológicos deben cumplirse para hablar con propiedad y rigurosidad de que estamos asistiendo a una ola de calor.
Y, además, os explicaremos por qué es importante que exista un criterio oficial para designar un Fenómeno Meteorológico Adverso.
Informar bien y con fundamento
Como ocurre con las ciclogénesis explosivas y las olas de frío en el otoño-invierno, llegando el verano las noticias sobre las olas de calor copan muchos minutos y páginas de los medios informativos.
Es importante concienciar adecuadamente a la población de la posibilidad de que se produzca un fenómeno meteorológico adverso y por ello AEMET tiene establecido un procedimiento para activar su sistema de avisos y que otros organismos pongan en marcha ciertas medidas preventivas o ejecutivas.
Pero a veces la prensa no especializada utiliza incorrectamente la terminología, abusa de conceptos técnicos que confunden a las personas que no los entienden y se alerta en lugar de explicar, perdiéndose el sentido de establecer una aviso o advertencia.
Generalizando que es gerundio
Por ejemplo, en esta ola de calor se está dando por sentado (no en todos los medios) que la ola de calor es o será muy intensa en todo el territorio, cuando las zonas afectadas de manera acusada están más acotadas y, curiosamente, no afecta a muchas regiones clásicas, como el Valle del Guadalquivir o el Valle del Guadiana.
Por otra parte, muchas veces no estamos en los umbrales precisos para definir un fenómeno meteorológico adverso, pero sí conviene avisar a la población de que podemos estar cerca de ello, lo cual es igualmente importante.
Para qué se crea un aviso meteorológico
Un aviso de fenómeno meteorológico adverso se emite cuando el servicio meteorológico responsable de un territorio prevé que va a ocurrir algún fenómeno meteorológico que presenta riesgo para la población.
En España, la Agencia Estatal de Meteorología tiene como misión fundamental vigilar y predecir fenómenos meteorológicos adversos para la protección de vidas y bienes del ciudadano.
Por ello, siempre os recomendamos acudir a su mapa de avisos y a sus partes especiales, para estar lo mejor informados posible.
Un episodio de altas temperaturas no es una ola de calor
Cada verano oímos y leemos cada vez con más frecuencia en los medios de comunicación comentarios indicando que ‘se aproxima una ola de calor’ o que ‘estamos viviendo la ola de calor más importante del verano’ o de los últimos años…
A nuestro juicio esa expresión se utiliza con demasiada ligereza, lo que a larga relativiza el significado real del término y hace que notas informativas especiales como la que acaba de emitir AEMET tengan menos importancia, al considerarse una ola de calor a prácticamente cualquier episodio de temperaturas.
Buscando una definición de ‘ola de calor’
AEMET ha publicado en los últimos meses interesantes estudios en este sentido, tratando de dar un significado objetivo a la expresión ‘ola de calor’.
Para ello, considera conveniente tomar en cuenta tres factores que determinan su intensidad: las temperaturas registradas, la duración y el territorio afectado.
Y bajo esa premisa, se define ‘ola de calor’ como un episodio de al menos, tres días consecutivos, en el que como mínimo el 10% de las estaciones consideradas registran máximas por encima del percentil del 95 % de su serie de temperaturas máximas diarias de los meses de julio y agosto del periodo 1971-2000 (es decir, los valores más altos de la serie).
Desde 1975 a 2016, 80 olas de calor en España
Sin duda alguna, son condiciones restrictivas, que no se dan habitualmente.
Concretamente desde 1975, según datos de AEMET en España se han registrado 80 episodios que pueden denominarse olas de calor ya que cumplían con las características citadas.
45 de ellas se registraron en Península, Baleares, Ceuta y Melilla, mientras que 35 tuvieron lugar en Canarias. Si estás interesado en ampliar esta información en este documento puedes leer con más detalle dicho informe.
La correcta comunicación es esencial.
Buen artículo.
Dos casos paradigmáticos.
– Que la pertinaz sequía, una semana más, ha reducido la capacidad de los embalses.
Que no llueva es un problema pero que además de no llover los embalses se vayan haciendo más pequeños…
En fin.
– Las imágenes del tsunami de Indonesia como efecto del cambio climático.
Lo he visto varias veces y en canales de tv líderes.
Mucho por hacer en este sentido.