INTRODUCCIÓN de la Primera Edición.
Este diccionario contiene términos relacionados con la Meteorología que pueden ser también escuchados o usados por observadores locales de tormentas severas o grupos de observadores. Sus propósitos son: 1) alcanzar cierto nivel de estandarización en las definiciones que se usen, y 2) proveer una referencia desde la cual, los significados de algunos términos, especialmente los menos usados, puedan ser encontrados. La idea es permitir una comunicación sencilla y efectiva entre los observadores de tormentas (storm-spotters) y los predictores (forecasters) o viceversa. Esta es una importante necesidad dentro del programa de aviso de tiempo severo. A pesar de los avances en las técnicas de aviso y predicción (por ejemplo del radar dopler) el ojo humano será siempre una parte vital de cualquier sistema efectivo de avisos. Los observadores de tormentas son, y siempre serán, parte indispensable del programa local de avisos de tormentas severas .
Probablemente sea imposible llegar a una lista completa de términos, pero esta lista es tan completa como ha sido posible. Ciertamente no es necesario que cada observador conozca el significado de cada término contenido aquí. En este sentido, el diccionario sirve como una referencia. En efecto, muchos de los términos quizás no se escuchen del todo; están incluídos aquí por si algún día se diera el caso. (De este modo, la inclusión de un término en este diccionario no da licencia a ser usado gratuítamente en radio o comunicación por teléfono. El uso de términos técnicos debería estar reservado para un mínimo). Pero hay algunos términos para los que los significados son importantes y específicos a la vez. Los importantes están precedidos de asteriscos; todos los observadores deberían estar familiarizados con las definiciones de éstos antes de tomar parte activa en cualquier grupo de observación.
He escrito las definiciones con la esperanza de pasar como “los términos del profano”. Están escritas para ser fácilmente entendidas por los observadores de tormentas, independientemente de su formación meteorológica. A veces he sacrificado la pureza técnica en pro de la simplicidad, y el resultado quizás no gusta del todo a los puristas técnicos. Así es, este diccionario no fue escrito para ellos. Muchos de los términos están íntimamente ligados; tanto, que se hace necesario hacer referencias cruzadas. Esto es, usar uno o más términos en la definición de otro. En este diccionario, todos los términos que están linkados dentro de una definición, son los que están definidos por sí mismos en otra parte.
El diccionario es la culminación de un esfuerzo que comenzó en la primavera de 1991. Contribuyeron en él muchos particulares con una experiencia considerable en la investigación de tormentas severas y su observación (o caza). Hubo desacuerdo en la descripción de algunos términos, debido a los muchos comentarios ofrecidos por estos particulares. Aquellos que fueron identificados por ser los más polémicos, son tratados en el texto con la inclusión de un segundo párrafo en la descripción, que discute cualquier precaución o controversia en cuanto al uso del término.
Una última palabra: la observación de tormentas es vital, pero también puede ser muy peligroso. Nadie debería intentar hacer observación de tormentas (storm-spotting) sin tener primero un entrenamiento apropiado! Este diccionario en sí mismo no es considerado como material de entrenamiento suficiente para cualificar a alguien como observador. Un entrenamiento superior, normalmente proporcionado por el Servicio Meteorológico Nacional (National Weather Service, NWS), debe ser obtenido a través de agencias locales (normalmente la Emergency Management) antes de que uno pueda obtener la certificación de observador de tormentas. Hay algo que debe ser dicho también para los tan llamados cazadores de tormentas (storm-chasers) que cazan tormentas principalmente por la emoción de hacerlo (y, como tal, no son observadores). Cazadores de todos los niveles de formación y experiencia sin duda encontrarán este diccionario útil o, al menos, interesante. Pero aunque elogio su entusiasmo, debo resaltar que el diccionario no tolera la caza de tormentas como una actividad de ocio, sobre todo para el no preparado. Todo el mundo que quiera encontrarse cara a cara con tormentas severas requerirá un entrenamiento adecuado y conocimiento previo de los peligros a los que se enfrentarán, independientemente de las razones del encuentro.
National Weather Service
Norman, Oklahoma
Junio de 1992
INTRODUCCIÓN a la Segunda Edición.
Basado en la reacción desde su introducción, el “Diccionario del Observador” (como este diccionario ha venido a ser conocido) ha alcanzado una considerable popularidad entre los observadores, al menos en las regiones del sur de las Llanuras del “Callejón de los Tornados (Tornado Alley)”. En esta región, los observadores buscan activamente tanta información como les es posible evaluando el potencial meteorológico severo en un día dado. La información disponible a menudo incluye productos que contienen términos técnicos que son más esotéricos para la meteorología operacional, y menos familiares para quienes no persiguen la Meteorología como vivencia. Algunos ejemplos incluyen discusiones de pronósticos emitidos por las oficinas locales del NWS, y previsiones de convección y discusiones emitidas por el Centro de Predicción de Tormentas (Storm Prediction Center, SPC, anteriormente conocido como SELS/NSSFC).
La pregunta surge en cuanto a, justamente, cómo de lejos debería uno introducirse en el reino técnico de la meteorología operacional cuando se compila un diccionario como este para observadores de tormentas. El dilema es: la sed de conocimientos de los observadores es admirable pero, realmente, ¿cuánta de la jerga técnica tiene que ser entendida por los observadores en el campo?
Ciertamente no quiero convertir el diccionario en un libro de texto meteorológico para observadores (o alguien más). Este no es el propósito. Los observadores tienen un papel vital en el programa de avisos, como los predictores. Y mientras la interacción entre ellos es una necesidad absoluta, uno debe ser cuidadoso para no permitir que las dos funciones se solapen; tanto, que terminamos con observadores que rutinariamente generan sus propias predicciones y desatendiendo aquellas hechas por los predictores. No es la función del observador; observar, sí.
Por otra parte, aplaudo a los observadores que demuestran un genuino interés en entender la atmósfera que ellos están entrenados para observar. Si ellos están interesados en entender de qué está hablando el predictor cuando él/ella se refiere a, cuando dice, “ascenso isentrópico” o a “cuadrante de flanco derecho de un máximo de corriente en chorro en niveles superiores”, entonces deberían tener un lugar donde encontrar al menos una descripción general de términos menos familiares. Esto es preferible a decir “no necesitas conocer eso”. Y aquellos que odian la jerga técnica y no necesitan investigarlo más a fondo.
He intentado llegar a un término medio, añadiendo un número de términos meteorológicos y frases a esta edición, acompañados por definiciones generales. Hay algunos términos nuevos en esta edición, muchos de los cuales fueron añadidos a través de sugerencias de observadores, y están listados abajo. Éstos, al menos, deberían ayudar al observador a entender un poco más por qué una característica particular es importante para la predicción del tiempo severo. Quienes desean perseguir una cuestión particular más allá de lo que es tratado en este diccionario tendrán que dirigirse a una librería local o al departamento de Meteorología de la universidad más cercana.
Notar que un dilema similar surgió en la primera edición, en cuanto a la inclusión de términos de argot que son usados más a menudo por los cazatormentas. De nuevo distingo entre cazadores y observadores (el primero tendiendo a observar tormentas para su propia gratificación, el último tendiendo a hacerlo más por las necesidades de la comunidad). El dilema del argot continúa, pero como con la primera edición, he ido más allá incluyendo muchos términos de argot que considero adecuados para su uso en observación. Esto significa que términos como ‘Caprock delight' – sistema montañoso del estado de Texas – (el cual puede ser cualquier cosa menos un placer para los residentes en el camino de uno), no serán encontrados aquí, pero que términos de argot que son universalmente más o menos aceptados, como “jaula del oso (bear's cage)” o “relámpago rastrero”, (como aproximación más apropiada para “anvil crawler”), probablemente aparecerán.
Finalmente, la modernización del NWS requiere algunas actualizaciones. NMC es ahora NCEP, SELS es ahora SPC. Los modelos Eta y RUC ahora están aquí. Y el NEXRAD ya no será la siguiente generación de radares, pero está aquí. Los últimos cambios han sido incorporados de acuerdo a esto en este diccionario.
National Weather Service
Norman, Oklahoma
September 1996
Lista de palabras añadidas en la segunda edición.
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