¿Qué relación hay entre la meteorología y las redes sociales?

Las redes sociales han transformado nuestra vida en muchos aspectos, y uno de los ámbitos donde han tenido un impacto notable ha sido en la meteorología.

Plataformas como Twitter, Facebook, Instagram e incluso TikTok han revolucionado nuestra forma de compartir y consumir información, y en el caso de la meteorología, han añadido una dimensión adicional tanto en la difusión de pronósticos como en la prevención de eventos meteorológicos severos o catastróficos.

Y lo ha hecho en unos casos para bien, pero en otros para mal, como hemos vivido recientemente con la DANA que ha asolado Valencia, con un tratamiento de la información muy positivo en unos casos y abominable en otros, con la difusión continua de bulos.

En la siguiente entrada, exploraremos si realmente las redes sociales han mejorado las previsiones meteorológicas y cómo han influido en la prevención de desastres naturales, haciendo incluso referencia a algunos estudios de investigación al respecto.

Redes sociales y previsiones meteorológicas: una nueva era de comunicación

Tradicionalmente, las previsiones meteorológicas eran transmitidas por medios de comunicación convencionales como la prensa escrita, la televisión, la radio y, más tarde, con el nacimiento de Internet, a través de las páginas web, tanto oficiales como de índole privada.

En estos últimos años, la velocidad a la que circula la información en las redes sociales ha permitido que tanto los organismos meteorológicos oficiales como los aficionados a la meteorología puedan compartir pronósticos (o la información en general, sobre todo la ligada a la actualidad) en tiempo real y de forma mucho más directa.

Organismos como la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) en España, la NOAA en Estados Unidos y el Servicio Meteorológico Nacional en muchos países han adoptado las redes sociales como una herramienta clave para difundir avisos y alertas meteorológicas.

Este hecho permite que, en cuestión de segundos, las actualizaciones lleguen a millones de personas.

¿Han mejorado los pronósticos?

Aunque las redes sociales no influyen directamente en la precisión de las previsiones meteorológicas, ya que esta depende de modelos climáticos, datos satelitales y tecnología avanzada, sí han facilitado la rapidez y el acceso a la información.

Ahora, cualquier persona puede recibir en su teléfono móvil una alerta de tormenta severa en cuestión de segundos, ya sea a través de una app o mediante un perfil social de un canal oficial o privado, algo que hace unos años hubiera sido mucho más lento.

Además, las redes sociales han permitido que meteorólogos profesionales interactúen con el público en tiempo real, lo que ha ayudado a aclarar dudas, corregir interpretaciones erróneas de los modelos y comunicar de manera más comprensible la información técnica.

Este intercambio constante es clave en situaciones dinámicas donde el tiempo juega un papel crucial.

Prevención de eventos meteorológicos severos y desastres

Cuando hablamos de eventos meteorológicos catastróficos, como huracanes, inundaciones o tormentas severas, las redes sociales pueden jugar un papel fundamental en la prevención y mitigación de los daños tanto personales como materiales.

Uno de los ejemplos más claros ocurrió durante la temporada de huracanes en el Atlántico. En 2017, cuando el huracán Harvey golpeó Texas y por primera vez, de forma organizada, las autoridades y meteorólogos recurrieron a las redes sociales para difundir alertas y advertencias sobre las áreas más afectadas, los refugios disponibles y las rutas de evacuación. Esta capacidad de transmitir información rápidamente ayudó a salvar vidas. También pasó recientemente con Milton en Florida,

Otro ejemplo reciente fue el de la tormenta Filomena que afectó a España en enero de 2021. A medida que el temporal se acercaba, meteorólogos y aficionados compartían actualizaciones constantes en Twitter y Facebook. En las horas previas, se emitieron avisos urgentes sobre las posibles nevadas históricas en Madrid, lo que permitió a muchos ciudadanos prepararse mejor para el caos que siguió.

En el caso de Valencia, organismos meteorológicos como AEMET emitieron continuos avisos a la población sobre el peligro que se avecinaba, aunque desgraciadamente la administración valenciana no fue capaz de reproducir esa información de manera práctica y eficaz a las localidades en riesgo.

Redes sociales: ¿amigas o enemigas en la meteorología?

Aunque el impacto de las redes sociales en la meteorología ha sido mayormente positivo, también presentan algunos retos importantes:

  • Desinformación. La velocidad con la que se difunden los mensajes en redes sociales también puede ser un arma de doble filo. En ocasiones, circulan previsiones erróneas o exageradas, difundidas por personas sin conocimientos técnicos, que pueden generar confusión y alarmismo. Un ejemplo son los famosos «meteofakes«, imágenes sensacionalistas de modelos meteorológicos que no se corresponden con la realidad.
  • Ruido informativo. A veces, la sobrecarga de información en redes puede saturar a los usuarios, haciendo difícil distinguir las fuentes oficiales de las no verificadas. En eventos extremos, es crucial que las personas sigan únicamente las indicaciones de fuentes acreditadas, como la AEMET o las autoridades locales. Recientemente hemos visto como periodistas y pseudoperiodistas han publicado noticias falsas acerca de la DANA que afectó a Valencia sin pudor alguno.
  • Reacción excesiva. En ciertos casos, la constante exposición a advertencias en redes puede causar que el público se insensibilice a las alertas, lo que se conoce como «fatiga de advertencias«. Si un usuario ve constantes avisos meteorológicos que no se materializan, puede empezar a ignorar futuros mensajes, lo cual puede ser peligroso si causa el efecto no deseado, y deja de ser efectiva la advertencia.

Crowdsourcing y colaboración ciudadana

Otro aspecto interesante del impacto de las redes sociales en la meteorología es la colaboración ciudadana.

En situaciones de emergencia, plataformas como Twitter o Instagram permiten a las personas compartir fotos y videos en tiempo real de lo que está sucediendo en sus localidades. Esto puede ofrecer datos valiosos a los meteorólogos, ya que proporcionan información directa desde el terreno.

El fenómeno del crowdsourcing meteorológico ha ganado mucha relevancia, donde usuarios envían informes sobre las condiciones del tiempo, como precipitaciones, vientos fuertes o granizo, que luego pueden ser incorporados por meteorólogos para afinar las previsiones y mejorar las respuestas de emergencia.

Estudios científicos sobre el impacto de las redes sociales en la meteorología

Diversos estudios han analizado cómo las redes sociales han cambiado el panorama de la comunicación meteorológica.

Uno de los estudios más destacados es el de ‘Sutton et al. (2014)’, que analiza cómo las redes sociales, especialmente Twitter, han mejorado la respuesta en situaciones de emergencia meteorológica.

El estudio concluye que la difusión rápida de información y la interacción entre el público y las autoridades meteorológicas son dos de los factores clave que han permitido una mejor reacción ante eventos catastróficos.

Otro trabajo relevante es el de Morss et al. (2017), el cual profundiza en el papel de las redes sociales durante eventos extremos, como huracanes y tormentas severas, destacando cómo las plataformas digitales han permitido una mayor conciencia y preparación en las comunidades afectadas.

El estudio también menciona los desafíos de la desinformación y cómo los meteorólogos están trabajando para contrarrestar este problema a través de educación y comunicación más efectiva.

Referencias

  • Sutton, J., Spiro, E. S., Butts, C. T., Fitzhugh, S., Johnson, B., & Greczek, M. (2014). *Tornadoes, Twitter, and an Integrative Approach to Understanding Disaster Communication*. *International Journal of Information Systems for Crisis Response and Management*, 6(1), 1-16. 
  • Morss, R. E., Demuth, J. L., Lazo, J. K., Dickinson, K. A., Lazrus, H., & Morrow, B. H. (2017). *Understanding Public Hurricane Evacuation Decisions and Responses to Forecast and Warning Messages*. *Weather and Forecasting*, 32(2), 395-416.