Cada año, al final del invierno, se alcanza en el Polo Norte la superficie máxima de hielo en el Océano Ártico. En este 2015 dicho acontecimiento ha llegado bastante antes de lo acostumbrado; habitualmente suele ocurrir en marzo pero en este caso tuvo lugar el 25 de febrero.
Por otra parte, el dato de superficie máxima helada de ha vuelto a quedar por debajo del promedio, siendo incluso la más baja de la historia reciente, según las observaciones satelitales y el informe pertinente realizado por Centro Nacional de Datos sobre Nieve y Hielo (NSIDC) de EEUU.
14,54 millones de kilómetros cuadrados
La máxima extensión registrada en 2015 quedó en 14,54 millones de kilómetros cuadrados, un registro que queda 1,1 millones de kilómetros cuadrados por debajo de la media contabilizada entre 1981 y 2010, que se estima en 15,64 millones de kilómetros cuadrados.
El dato más bajo de la historia reciente
La extensión del hielo marino este invierno es la más baja jamás registrada, estando por debajo de la media en todas las zonas salvo en el mar del Labrador y el estrecho de Davis.
El registro de 2015 quedó 130.000 kilómetros cuadrados por debajo del anterior máximo de hielo más bajo, que se produjo en 2011.
15 días antes de lo normal
Quizás el dato más relevante de este año es que la superficie helada alcanzó su máxima extensión quince días antes que la media registrada durante el periodo 1981-2010, una fecha que queda en torno al 12 de marzo y que está más cercana al arranque de la primavera astronómica.
En cualquier caso, como observamos en las gráficas, estos días la superficie de hielo no ha experimentado aún una clara bajada, incluso ha habido jornadas con un repunte por lo que desde el NSIDC indica que publicarán a comienzos de abril una actualización de las condiciones en el océano Glacial Ártico.
Causas del mal dato de 2015
Acerca de la explicación a este adelante, los científicos estiman que la menguante capa de hielo y la temprana fecha en que ha empezado a derretirse puede deberse, entre otros factores, a un mes de febrero inusualmente cálido en algunas zonas de Rusia y Alaska, como ya os informamos hace unos días.
Durante este invierno la extensión del hielo marino creció un total de 9,91 millones de kilómetros cuadrados, tras un buen ritmo de crecimiento en las primeras semanas del otoño.
Pero el hecho de que febrero se caracterizara por una configuración inusual de la corriente en chorro, produciendo un calentamiento de las condiciones en el lado Pacífico del Ártico, mantuvo baja la extensión del hielo en el mar de Bering y el mar de Ojotsk.
Además, desde la última quincena de febrero hasta mediados de marzo, la Oscilación del Ártico estuvo en una fase positiva muy fuerte, creando una zona de bajas presiones entre Islandia y el sur de Groenlandia, que se extiende hasta el mar de Barents. Esta fuerte depresión provocó un patrón de vientos de componente sur en los mares de Barents y Kara.
Por otra parte, durante las dos primeras semanas de marzo, las temperaturas en todo el Ártico oriental estuvieron varios grados centígrados por encima de la media, con temperaturas de hasta 8 y 10ºC por encima del promedio registradas en el Mar de Barents entre Svalbard y la Tierra de Francisco José.
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