
El pasado 24 de junio se observó en el cielo de Raytalampi (Finlandia) una anómala combinación de halos solares. Además de un perfecto halo solar de 22 grados, se sumó, entre otros fotometeoros un halo encadenado, no concéntrico, cuya formación ha podido ser fotografiada en contadísimas ocasiones.
Tan extraño es el fenómeno que nos cuesta dar una explicación exacta para este caso basada en una referencia bibliográfica fiable. No obstante, la concatenación de diferentes fenómenos de difracción, refracción y reflexión de la luz del sol en los cristalitos de hielo de las nubes es la razón para crear este espectáculo en el cielo.
Varios fotometeoros en el cielo finés
Las imágenes que compartieron en twitter Vesa Vauhkonen y Ville Miettinen, nos dejan contemplar un halo de 22 grados junto a círculo parhélico, un arco supralateral y dos parhelios solares.

Los especialistas en física atmosférica, estiman que la combinación de la posición del sol estival, la alta latitud del pueblo finlandés en que se vieron los halos y la presencia de cirrostratos fueron responsables de un espectáculo tan poco frecuente.

Halos de sol
Con bastante frecuencia podemos divisar en el cielo halos solares o lunares, los cuales se forman en un tipo de nubes altas (los cirroestratos) que gracias a los cristales de hielo que portan forman este tipo de fotometeoros.

Los halos se forman por la refracción y difracción de la luz solar en diminutas partículas de hielo. Según la situación y forma de los cristales de hielo respecto a la radiación solar, se origina un espectro (llamado fenómeno cromático) que se produce cuando la luz se descompone en un prisma de la luz del sol o de la Luna.

En las zonas templadas estamos acostumbrados a verlos en los Cirroestratos, (nubes de tipo alto, que se mueven a altitudes que oscilan entre los 6 y 13 Km) que tan a menudo vemos en los cielos en las zonas delanteras de los sistemas frontales, compuestas por estos cristalitos de hielo que forman el cerco luminoso al incidir el sol.
Halos helados
En otras ocasiones, en las regiones más frías del Planeta, sus habitantes tienen la oportunidad de observar los halos helados que se forman sobre la atmósfera congelada de aquellas comarcas.

Allí, como os contamos este invierno, los halos solares o lunares pueden aparecer al nivel del observador, cuando las condiciones de humedad y de temperatura lo permiten.

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