Mapa de anomalías térmicas diciembre-marzo 09/10 (c) NASA 

 

05.08.10. El año hidrológico que estamos cerrando pasará a la histórica climática de nuestro país, gracias a los registros pluviométricos tan altos que se han contabilizado en numerosos observatorios. Además, el invierno resultó especialmente rico en temporales de frío y nieve en distintos puntos del Planeta. Un reciente estudio de la Universidad de Columbia indica los factores que propiciaron este comportamiento anómalo del clima en el Hemisferio Norte.

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El trabajo expuesto días atrás, concluye algo que sospechábamos y habíamos comentado en el foro más de una vez: la colisión de dos patrones climáticos periódicos a gran escala, en los océanos Atlántico y Pacífico provocaron el carácter húmedo y frío del clima en tantas partes de nuestro Hemisferio.

Concretamente el equipo de científicos del Observatorio Lamont -Doherty de la Universidad de Columbia, afirma que el hecho de que estuviera activo El Niño (el calentamiento cíclico de la superficie del Océano en la zona tropical del Pacífico) provocó lluvias intensas y persistentes al sudeste de EE.UU. Al mismo tiempo, mientras que una fase negativa del ciclo de presión llamado Oscilación del Atlántico Norte (N.A.O.) empujó aire helado del Ártico hacia la costa Este y Nordeste de Norteamérica (provocando diversos temporales de frío, nieve o lluvias) así como a todo el Noroeste de Europa y en el caso concreto de la Península Ibérica provocando un año hidrológico extraordinariamente húmedo.

El Trabajo de Investigación dirigido por Yochanan Kushnir, afirma que si bien El Niño actualmente se puede predecir con meses de anticipación mediante el control (cada vez más fiable) de la evolución de las condiciones tropicales del Océano Pacífico, la Oscilación del Atlántico Norte (la diferencia de presión de aire entre la Islandia y las Azores) es un fenómeno atmosférico a gran escala muy caótico y difícil de prever, por lo que se puede afirmar si el próximo invierno repetiremos una situación parecida.

Añade Kushnir  que la última vez que el Atlántico Norte experimentó una fase negativa tan fuerte fue en el invierno de 1.995-1.996, que como recordaréis nos trajo un invierno muy lluvioso a la gran parte de España (pinchar en este enlace o en este otro trabajo de Pedro C. Fernández), año que la Costa Este de Estados Unidos registró nevadas por encima del promedio. Este invierno 2.009-2.010, el índice NAO fue aún más negativo, un nivel que se da estadísticamente menos de 1 % de las temporadas; dato que nos ratifica lo excepcional de la temporada recién acabada.

El Estudio de la Universidad de Columbia hace referencia al artículo publicado por el NOAA del que nos hicimos eco en su día en el foro de debate, que independientemente de la actual evolución cálida de la temperatura del Planeta, deberíamos seguir esperando inviernos duros como el reciente, apostando aquel trabajo también por la coincidencia de la actividad de El Niño y un NAO negativo en el origen de la situación.

Refrenando lo expuesto en el anterior párrafo, recordemos que aunque el invierno pasado fue bastante frío en el conjunto del Hemisferio Norte, hay que tener en cuenta el último Informe de temperaturas del NOAA que refleja como la década 2000-2009 fue la más caluroso de la historia, estando el año 2.009 empatado con un grupo de otros años como el segundo año más cálido desde que se tienen registros, o que 2.010 se está mostrando como un año excepcionalmente cálido desde que se almacenan estos registros por el NOAA allá desde 1.880.