La AMOC da signos de que se desacelera, pero resiste por encima de lo previsto

La AMOC da signos de que se desacelera, pero un estudio científico ha comprobado que resiste su dinamismo por encima de lo previsto por muchos modelos climáticos, gracias a la Corriente del Golfo.

No cabe duda de que uno de los aspectos que más preocupa a los científicos especializados en la climatología es la evolución que experimentará la circulación termohalina en las próximas décadas.

De hecho, en los últimos años hemos compartido bastantes estudios científicos al respecto, como reflejo de la inquietud que provoca este asunto.

El incremento de la temperatura de los océanos y el derretimiento de las banquisas ártica y antártica debe provocar, según las investigaciones y proyecciones matemáticas, que la AMOC se desestabilice, desacelerándose en ciertas zonas como el Atlántico Norte, lo que podría repercutir de forma transcendente en nuestro clima.

La AMOC se desacelera, pero resiste

Este nuevo trabajo de investigación ha sido realizado por el NCEI y por la Universidad de Maryland (UMD), quienes publicaron recientemente sus conclusiones en Frontiers in Marine Science.

Los científicos analizaron 60 años de registros de la AMOC, un período de análisis que se antoja suficiente para poder sacar conclusiones claras respecto a su evolución reciente.

Concretamente, los investigadores emplearon promedios de datos decenales, de la temperatura y la salinidad del agua de mar desde 19551964 hasta 20052017 del Atlas Mundial de los Océanos del NCEI y datos de altura de la superficie del mar del reanálisis SODA de la Universidad de Maryland para las décadas más recientes de 19802019.

En este vasto conjunto de datos, los investigadores analizaron datos de temperatura, salinidad, nutrientes, plancton, pH, datos de oxígeno y varias otras variables oceánicas. Una información que empezó a ser más profusa en las últimas décadas, lógicamente.

Esquema detallado de los sistemas de las corrientes oceánicas del Atlántico Norte con sus nombres. Las líneas roja y cian muestran corrientes cálidas y frías, respectivamente. Los sitios de convección en los mares de Labrador y Groenlandia se representan como espirales descendentes de color amarillo. Los anillos cálidos y fríos se muestran como pequeños círculos naranja y azul al norte y al sur del GS y su extensión. BAMS 99, 10; 10.1175/BAMS-D-17-0205.1

Las bases de datos actualizadas han proporcionado nueva información sobre las variaciones a largo plazo en el AMOC.

La AMOC se debilita, pero con resiliencia gracias a la Corriente del Golfo

Del análisis los investigadores han comprobado que todo el Atlántico Norte se está calentando sistemáticamente y que la circulación termohalina se ha ralentizado en todo el Atlántico Norte.

Los datos revelan claramente la AMOC se mantuvo estable y consistente desde 1955 hasta 1994, pero entonces empezó a disminuir en fuerza y velocidad en las últimas dos décadas.

Un hecho que estaría ligado claramente al calentamiento de la superficie del océano y a los cambios que lo acompañan en la salinidad de las capas superiores del océano.

La Corriente del Golfo, muestra signos de resilencia

Sin embargo, la Corriente del Golfo, aquella que como sabéis se origina en el Golfo de México, generando un ramal de agua marina cálido que se mueve hacia el polo a lo largo de la costa atlántica desde Florida hasta Carolina del Norte y luego se dirige de este a noreste para finalmente convertirse en la Corriente del Atlántico Norte, se muestra resiliente al debilitamiento.

La Corriente del Golfo, responsable de mantener relativamente cálidos los mares del Atlántico Nororiental y Nórdico, parece resistir a debilitarse tanto como otros tramos de la corriente termohalina y por ello los autores del estudio creen que hay que investigar para dar con la razón de porqué esto ocurre y cuál puede ser su evolución en un océano más cálido en las próximas décadas.