La expansión del hielo de la Antártida contrarrestó el deshielo del Ártico durante las últimas décadas compensando el balance energético del planeta
La expansión del hielo de la Antártida contrarrestó el deshielo del Ártico durante las últimas décadas compensando el balance energético del planeta.
Así lo afirma un estudio de investigación que ha analizado los cambios en las banquisas ártica y antártica y su influencia en el balance térmico de la Tierra.
El trabajo fue realizado por científicos del Instituto Meteorológico de Finlandia y del Instituto Noruego de Investigación en Bioeconomía y ha sido publicado en Nature Geoscience.
La Antártida logra compensar el balance energético del planeta
Según los autores del estudio, desde los años 1990 la Antártida ha compensado el deshielo producido en el Polo Norte.
Concretamente, el estudio se centra en dos desarrollos significativamente diferentes que tuvieron lugar en la Antártida entre 2000 y 2015.
Puesto que en el Polo Sur hubo zonas en las que incluso creció la capa de hielo, la banquisa antártica produjo un efecto de enfriamiento que contrarrestó el efecto de calentamiento causado por el deshielo en la región del Ártico.
Pero qué ocurrió cuándo hubo deshielo en la Antártida
Sin embargo, recordaréis que hubo años en los que la Antártida perdió hielo.
Por ejemplo, en 2016 hubo una reducción notable de su banquisa, revirtiendo el efecto de enfriamiento aportado durante los 15 años anteriores.
Por este motivo, es importante analizar si el Polo Sur puede entrar en crisis en los años próximos, lo que provocaría que el calentamiento global de la Tierra se disparara.
Es la primera vez que se demuestra que la capa de hielo marino de la Antártida tiene un papel regulador del balance de energía radiativa entre las regiones polares.
Cambio en la reflectividad de las regiones polares
De forma más detallada, entre 1992 y 2018, los cambios en la reflectividad de las regiones polares, en promedio, ascendieron a un efecto de calentamiento global de +0,08 Watios por metro cuadrado.
El dato significa que aproximadamente el 10 % del efecto de calentamiento causado por las emisiones antropogénicas de dióxido de carbono desde 1992.
Un refrigerador que puede romperse
Lo preocupante es, que esta proporción, aumentaría si la capa de hielo marino antártico no se recupera de su reciente contracción en los últimos años, tras la crisis de 2016 a 2018.
Se podría decir que la Antártida ha sido una especie de refrigerador en el sistema terrestre.
Pero, si ese reservorio nos falla, las consecuencias pueden ser desastrosas rompiendo los peores pronósticos climáticos para el siglo XXI.
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