La banquisa antártica registrará un nuevo mínimo invernal
La banquisa antártica registrará un nuevo mínimo invernal, perdiendo de nuevo masa helada respecto al año anterior.
Desde que se tiene registros en la era moderna, la cobertura de hielo marino en el Polo Sur ha alcanzada el 7 de septiembre de 2024 es la más baja conocida hasta ahora, con mucha diferencia, tanto que se encuentra casi un 8 % por debajo de la media.
Si en el arranque del siglo XXI la Antártida contrarrestaba, en buena medida, la pérdida de hielo que se viene produciendo en el Ártico desde la década de los años 1970, durante los últimos años la masa helada del continente helado austral ha entrado en un preocupante declive, volviéndose a confirmar este año.
Nuevo mínimo invernal de la banquisa antártica
Según informan los científicos del Australian Antarctic Program Partnership (AAPP), el pasado 7 de septiembre de 2024, la extensión del hielo marino antártico se quedó en tan solo 17,0 millones de kilómetros cuadrados.
Si lo comparamos con la extensión del invierno anterior, el mismo día en 2023 era de 17,1 millones de kilómetros cuadrados. Otro ejemplo: la media del registro histórico para esta fecha es de 18,4 millones de kilómetros cuadrados.
Este grupo de expertos australianos están monitoreando la capa helada del polo sur con especial detalle para vigilar su estado, advirtiéndonos que este dato del mínimo estacional récord es una indicación más de que el sistema de hielo marino alrededor de la Antártida está cambiando a un nuevo estado, algo insospechado unos años atrás.
Ya en 2023 el máximo invernal (tan bajo) superó las expectativas de todos, no solo por su dato en sí, sino porque ocurrió en una época del año no esperada: en invierno, el océano debería estar helado.
Fluctuaciones caóticas durante 2024
Aunque la banquisa antártica durante el verano de 2024 estuvo en gran medida dentro de la variabilidad esperada, este invierno se produjeron de nuevo fluctuaciones caóticas similares al 2023, que terminaron por generar el extremo invernal más bajo registrado.
Para los científicos el aspecto más relevante de la actual situación de la banquisa antártica y la atmósfera del polo sur, es que las temperaturas más cálidas del Océano Austral realmente están teniendo un impacto en el hielo marino en los últimos años.
Hay que tener en cuenta que, si analizamos escalas de tiempo cortas, entre pocos meses a varios años, la atmósfera es el principal impulsor de la variabilidad regional en el hielo marino antártico.
Por último, los autores del estudio se plantean la misma duda que otros grupos de trabajo se hacen al analizar el impacto de la temperatura de los océanos del planeta, del estado de los glaciares o de la banquisa ártica ¿este calentamiento del océano es solo un accidente o está relacionado con el cambio climático?
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