El pasado 25 de febrero la banquisa ártica alcanzó su máximo anual de 2022, el décimo más bajo del registro histórico
El pasado 25 de febrero la banquisa ártica alcanzó su máximo anual de 2022, el décimo más bajo del registro histórico.
Salvo un cambio importante en las condiciones meteorológicas, el máximo será definitivo y se convertirá en uno de el tercer máximo más tempranero, 15 días antes de la fecha media.
Según los datos del NSIDC, desde que los satélites comenzaron a rastrear de manera fiable el hielo marino en 1979, las extensiones máximas y mínimas en el Ártico por década, han disminuido a un ritmo de alrededor del 13% y 2,7%, respectivamente.
Décimo máximo anual más bajo de la banquisa ártica
Los datos del Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo no dejan lugar a dudas: fue otro año malo para la banquisa ártica.
El 25 de febrero de 2022, alcanzó su máxima extensión del año, con 14,88 millones de kilómetros cuadrados.
Una superficie que quedó 770.000 kilómetros cuadrados por debajo del promedio máximo de 1981 a 2010 (que son 15,65 millones de kilómetros cuadrados).
Dicho de otro modo, tan solo 470.000 kilómetros cuadrados por encima del máximo más bajo de 14,41 millones de kilómetros cuadrados que data del 7 de marzo de 2017.
Antes de 2019, las cuatro extensiones máximas más bajas ocurrieron entre 2015 y 2018.
Un máximo muy temprano
El dato más relevante de este año es que la fecha del máximo, el 25 de febrero, fue quince días antes que la fecha promedio: el 12 de marzo (para el período de 1981 a 2010).
Solo dos años tuvieron un máximo anterior, 1987 y 1996, ambos el 24 de febrero.
Por tanto, la de 2022 es la segunda fecha más temprana en el registro satelital, empatando con 2015, que también alcanzó su extensión máxima el 25 de febrero.
Situación de la banquisa ártica por zonas hacia el máximo
La temporada de crecimiento del hielo marino ártico terminó con una extensión cercana a la media en el mar de Bering, por encima de la media en la bahía de Baffin y frente a la costa del sureste de Groenlandia, y por debajo de la media en el mar de Barents con una cuña estrecha de aguas abiertas al norte de Novaya Zemlya.
La extensión estuvo muy por debajo del promedio en el Golfo de San Lorenzo y el Mar de Ojotsk.
Luego, desde el máximo del 25 de febrero, la extensión se ha reducido en unos 390.000 kilómetros cuadrados, con pérdidas principalmente en el Mar de Ojotsk y el Mar de Barents. Estas pérdidas han sido compensadas por ganancias en el Mar de Bering, la Bahía de Baffin y el Mar de Labrador.
Carbonización igual a reducción de banquisa,
la solución a este problema todos la conocen,
pero nadie está dispuesto para aplicarla.