Una investigación concluye que las banquisas ártica y antártica responden de forma diferente al calentamiento global

Un estudio de investigación concluye que las banquisas ártica y antártica responden de forma diferente al calentamiento global.

El trabajo se realizó según la nueva generación de modelos climáticos, apoyándose en el Sexto Informe de Evaluación del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC).

Los científicos descubrieron diferentes evoluciones respecto a investigaciones similares, hallando un comportamiento diferente para el futuro entre los polos norte y sur.

Las banquisas ártica y antártica evolucionan de forma diferente

La principal conclusión de la investigación es que las dos capas de hielo de Groenlandia y la Antártida responden de manera diferente, de acuerdo a sus propias condiciones climáticas.

Este concienzudo estudio fue realizado por más de 60 investigadores de 44 instituciones, quienes analizaron diferentes proyecciones climáticas para comprender la evolución del nivel del mar en las próximas décadas

Y, sobre todo, realizando una comparativa de lo que los actuales modelos climáticos aportan respecto a las anteriores generaciones.

Nuevos modelos climáticos, nuevas proyecciones

El aumento del nivel de calentamiento previsto por los nuevos modelos da como resultado un mayor derretimiento de la capa de hielo de Groenlandia.

Esto implica un mayor aumento del nivel del mar en un factor de alrededor de 1,5 en 2100 para esa zona.

La banquisa ártica pierde, pero la antártica se estanca

Sin embargo, pese a que se produjera dicho aumento de la temperatura global del planeta, habría pocos cambios en el aumento proyectado del nivel del mar para la capa de hielo de la Antártida.

Esto se debe a que la mayor pérdida de masa provocada por océanos más cálidos, se contrarresta con la ganancia de masa por el aumento de las nevadas.

En un planeta más cálido, habría más nevadas asociadas a una atmósfera polar más cálida.

Para los científicos, descubrir que los climas más cálidos no afectan al balance de masa antártica justifica un examen más profundo.

De hecho, en esto influyen en los posibles grandes cambios en las nevadas y el equilibrio del deshielo marino.