Bombogénesis
Presión atmosférica a nivel de la superficie (líneas isóbaras) y velocidad del viento a 10 m. (colores y barbas). Análisis del modelo meteorológico americano GFS / NCEP para hoy, 7 de marzo de 2020, 06 UTC.

En esta mañana de sábado ponemos nuestra mirada al otro lado del Océano Atlántico, al sureste de Nueva Inglaterra. Se trata de un ciclón de latitudes medias que, ubicado sobre la Corriente del Golfo, está sufriendo un proceso de bombogénesis. Más conocido para nosotros como proceso de ciclogénesis explosiva.

Mientras el ciclón se profundiza con una enorme rapidez, como caracteriza a este tipo de procesos meteorológicos, los sistemas nubosos asociados están dejando unas imágenes espectaculares.

Sensacional caso de bombogénesis o ciclogénesis explosiva.

Se trata de un tema recurrente cada año, cuando nos encontramos inmersos en la temporada de formación de profundas borrascas invernales en el Atlántico Norte, por el uso frecuentemente incorrecto y sensacionalista que se les da a estos conceptos, todos ellos referidos al mismo proceso meteorológico.

Una ciclogénesis explosiva o bombogénesis es un proceso meteorológico por el cual se forma una borrasca muy profunda en un periodo de tiempo relativamente corto.

Y la borrasca así formada puede recibir el nombre de bomba meteorológica, como la están denominando fuera de nuestro país, weather bomb. Incluso también se admite el de ciclón bomba o bomb cyclone.

De forma más técnica, existen criterios para evaluar estos procesos, y así poder identificarlos correctamente.

Se trata de valores umbral para poder definir un proceso de ciclogénesis como explosiva: Sanders-Gyakum (1980) las definieron como aquellas en las que la caída de la presión central en superficie en un periodo de 24 horas, es superior a 24 • senα / sen60, siendo α la latitud promedio del centro de la baja durante ese periodo (18 hPa / 24 horas, para 41º), siendo igualmente válidos, múltiplos de este ratio, es decir, la mitad del valor obtenido, para un periodo de 12 horas en vez de 24.

Otro criterio similar es el Carlson (1991), que establece un valor de 12 hPa / 24 horas, para 45º de latitud, siendo estos umbrales referidos a ciclogénesis atlánticas.

En el caso que nos ocupa, el ratio de profundización ha llegado a alcanzar los 18 hPa de caída de presión en su centro en tan solo 3 horas.

Otra característica particular, muy bien analizada por el modelo meteorológico americano GFS / NCEP, es la formación de un núcleo cálido en el ciclón bomba.

Es típico de procesos tan fieros como este, que la propia circulación del ciclón sea capaz de arrancar una bolsa de aire cálido en niveles bajos-medios. Aire cálido que incorpora a su núcleo. Sin embargo, en este caso en particular, también tenemos en escena a las cálidas aguas de la Corriente del Golfo.

Esas aguas cálidas también tienen capacidad de transmitir una cierta energía al ciclón, estimulando la convección. Esta convección, a su vez, libera calor latente. Y ese calor latente también tiene capacidad de alimentar energéticamente al ciclón, reforzando su profundización.

Por lo tanto, tendríamos participando en el proceso a dos elementos significativos. Por un lado, la profundización inherente a la inestabilidad baroclina. Pero también profundización por liberación de calor latente, característica en los ciclones tropicales y subtropicales.

Así pues, diera la impresión de que, en este caso en particular, hay un cierto grado de hibridación en estos momentos. Un caso muy interesante.

Imágenes espectaculares: convección en bandas, vórtices…

Este proceso de bombogénesis está dejando imágenes espectaculares. Gracias a la enorme evolución de los satélites meteorológicos y toda la tecnología que los rodea, podemos ser testigos de estas maravillas.

Por ejemplo, estas bandas convectivas perfectamente alineadas, propagándose de forma muy ordenada. Se producían ayer tarde, en el flanco norte del ciclón.

O la poderosa convección que se desarrollaba cerca del centro, delatando esa cierta naturaleza híbrida del ciclón.

Y si, a la animación de imágenes satelitales, le añadimos la actividad eléctrica, el resultado es sensacional…

Este hombre del tiempo de la NBC incluso destaca la formación de una característica en forma de ojo, en las imágenes de infrarrojo y falso color RGB. Resulta evidente una cierta naturaleza subtropical en este ciclón.

Los últimos datos indican una caída de presión de 20 hPa en 6 horas. Ratios que superan ampliamente los umbrales requeridos para procesos típicos de ciclogénesis explosivas.