Las partículas ultrafinas de los restos de combustión favorecen el aumento de situaciones de tiempo extremo
Las partículas ultrafinas procedentes de los restos de combustión favorecen el aumento de situaciones de tiempo extremo.
Así lo afirma una investigación publicada por el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés).
El organismo indica que estas micropartículas contribuyen y favorecerán a que en el futuro se den cada vez más situaciones de lluvias intensas o de sequías.
Los restos de combustión favorecen el tiempo extremo
La novedad del trabajo viene en que, si hasta ahora se había atribuido el aumento de eventos meteorológicos extremos a las altas concentraciones de dióxido de carbono y a la mayor presencia de vapor de agua, ahora, se observa una novedad en los patrones atmosféricos.
En concreto, la investigación se ha centrado en el efecto la combustión de combustibles fósiles produce partículas ultrafinas de hasta 100 nanómetros de tamaño.
Al actuar como núcleos de condensación y tener un impacto regional a corto plazo en la física de las nubes, son capaces de alterar significativamente los patrones de lluvia.
Cambios en la formación de las nubes
Los científicos pueden demostrar con los modelos convencionales de formación de nubes, que el aumento de partículas ultrafinas da como resultado la formación de gotas también particularmente finas.
Es decir, el agua permanece mucho más tiempo en la atmósfera, la lluvia se suprime inicialmente y se desarrolla una reserva de energía adicional en la troposfera media, lo que promueve la precipitación extrema.
Y, es más, esta lluvia puede registrarse luego a cientos de kilómetros de distancia.
La distribución heterogénea de la contaminación por nanopartículas explicaría las grandes diferencias regionales de los fenómenos meteorológicos extremos.
Cómo realizaron el estudio
Para llegar a esta conclusión, los investigadores utilizaron datos sobre la cantidad y distribución del polvo ultrafino en la atmósfera terrestre y sobre los cambios del ciclo hidrológico.
Del análisis de esta información, descubrieron que, en muchas áreas del planeta, un aumento en el número de partículas se correlaciona con patrones de precipitación que cambian regionalmente.
Por poner un ejemplo que nos atañe mucho, en el Mar Mediterráneo, la concentración de partículas ha aumentado en un factor de 25 desde la década de 1970.
Y en el mismo período, se observan fuertes variaciones de precipitación con disminución de lluvias regulares y aumento de sequías y eventos extremos.
Patrones similares han aparecido en regiones tan distantes al mediterráneo como Australia y Mongolia.
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