Las emisiones de dióxido de azufre del volcán de Cumbre Vieja en La Palma están llegando al Caribe
Las emisiones de dióxido de azufre del volcán de Cumbre Vieja en La Palma están llegando al Caribe.
El flujo de vientos dominante en el Atlántico Norte facilita que habitualmente lleguen advecciones de polvo sahariano hasta el Caribe o el Amazonas.
Y en este caso, la pluma que emite el volcán canario, está viajando hacia el ENE de forma que el SO2 va a empezar a estar presente en países como Puerto Rico, la República Dominicana o Cuba en los próximos días, aunque en niveles nada preocupantes.
En las Canarias, de momento, las autoridades insisten en que la calidad del aire es relativamente óptima para la salud, salvo en zonas muy próximas a la zona de erupción, lógicamente, donde las circunstancias son otras.
Por ello, repasamos, además, a continuación, cuáles pueden ser los efectos en la salud de las cenizas volcánicas.
Es normal: el dióxido de azufre del volcán de La Palma viaja al Caribe
Aunque pueda resultar llamativo que al otro lado del Atlántico puedan sentir de alguna forma los efectos del volcán de La Palma, el sentido de la circulación de la atmósfera en esta época del año y en esta latitud del Planeta, provoca que sea lo normal.
Mediante este mapa, podéis monitorizar en tiempo real la evolución del dióxido de azufre basándose en los datos actuales y en los pronósticos del ECMWF.
Para ello en la zona derecha, en Capas, hay que seleccionar SO2.
Los efectos del dióxido de azufre en la salud
El dióxido de azufre es un gas incoloro, irritante, con un olor penetrante que se comienza a percibir con 0,3 a 1,4 ppm y es perfectamente distinguible a partir de 3 ppm -partes por millón-.
Los niveles de SO2 que se están detectando en las zonas habitadas de las Canarias están muy lejos de estas concentraciones.
Y por otro lado, el grueso de la pluma que se dirige y seguirá moviéndose hacia el Caribe viaja a una altitud de unos 5.000 metros.
Allí, estos días, la presencia del polvo que llega desde África está más bien ligada a un origen sahariano que proveniente del propio volcán.
Más peligro por la ceniza que por las emisiones de dióxido de azufre del volcán de La Palma
Las autoridades sí están alertando a la población que respirar la ceniza volcánica sí puede ser un riesgo más importante para la salud.
Con el aumento de la actividad volcánica y su carácter un poco más explosivo, hay una mayor emisión de cenizas y emisión de gases.
La ceniza es peligrosa porque viaja a distancias bastantes largas. La ceniza más fina puede afectar a la respiración y a la vista.
Por ello, es muy recomendable llevar un botecito de colirio por si llega la ceniza a los ojos y nunca rascarse los ojos porque es abrasiva.
La ceniza volcánica está compuesta de pequeñas partículas de roca volcánica fragmentada, la mayoría de las cuales tienen menos de 30-40 µm de ancho, algunas por debajo de 10 µm (que pueden inhalarse) y algunas incluso más finas por debajo de 2,5 µm.
Estas partículas consisten principalmente en cuarzo y vidrio.
Las partículas más diminutas sí pueden alcanzar al aparato respiratorio por lo que sí es recomendable la utilización de mascarillas de alta eficiencia
¿Qué sucede si la ceniza llega al suelo?
Desde la Organización Meteorológica Mundial nos recuerdan que si la ceniza llega al suelo debido al movimiento vertical de las masas de aire, existe el riesgo de que aumenten los niveles de contaminación del aire.
En particular de las concentraciones de material particulado respirable (partículas de menos de 10 µm de diámetro o PM10) y de efectos relacionados con la salud.
¿Qué pasa si llueve?
El principal problema de salud son los efectos potenciales de inhalar partículas respirables suspendidas en el aire, si la ceniza alcanza la capa de tierra de la atmósfera.
La ceniza volcánica no representa una amenaza para la salud en climas húmedos, ya que las partículas de ceniza se aglomeran, se eliminan del aire y no se pueden inhalar.
En caso de lluvia, es probable que solo se depositen concentraciones muy bajas de ceniza volcánica en el suelo y es poco probable que el público en general experimente efectos significativos para la salud una vez que se seque la lluvia.
Sin embargo, debido a que pequeñas cantidades de ceniza volcánica podrían volver a flotar en el aire en condiciones de viento, sería sensato que las personas con afecciones respiratorias existentes, como bronquitis crónica, enfisema y asma, llevaran consigo sus inhaladores u otros medicamentos.
¿Cuáles son los síntomas de la exposición a la ceniza?
Es importante enfatizar que la concentración de partículas que pueden alcanzar el nivel del suelo probablemente sea baja y no debería causar daños graves.
Parte de la ceniza que llega al nivel del suelo será más grande que las partículas respirables, pero, debido a sus propiedades físicas, irritará los ojos, la nariz y la garganta.
Permanecer en el interior disminuirá el riesgo de estos síntomas, ya que las puertas y ventanas cerradas evitarán en parte la penetración de las partículas más grandes e irritantes dentro de los edificios.
Sin embargo, las personas con enfermedades respiratorias crónicas, como bronquitis crónica, enfisema o asma, pueden experimentar una exacerbación de sus síntomas.
Deben tener sus medicamentos a mano.
¿Cómo deben las personas proteger su salud?
Mientras la ceniza volcánica permanezca en la atmósfera superior, no representa ningún riesgo para la salud.
Cuando las partículas más grandes alcanzan el nivel del suelo o se vuelven a suspender después de depositarse en el suelo, pueden causar irritación ocular.
Se recomienda permanecer en el interior y evitar jugar en campos cubiertos de ceniza.
Los jardineros que cortan el césped afectado por la caída de cenizas deben usar protección respiratoria.
Si las partículas finas llegan al suelo y aumentan la contaminación del aire, se recomiendan las precauciones normales para los días con alta contaminación del aire: las personas con asma y síntomas respiratorios deben evitar el ejercicio intenso.
Quedarse en el interior puede proteger solo contra partículas grandes, ya que las partículas más pequeñas pueden entrar en el interior.
¿Cuáles son los efectos de la ceniza a largo plazo?
Las partículas de ceniza emitidas durante las erupciones volcánicas generalmente se depositan en el suelo dentro de los tres meses.
Cuando sedimentan, afectan la calidad del aire a nivel del suelo, posiblemente aumentando la exposición de la población a la contaminación del aire por partículas y aumentando el riesgo de efectos sobre la salud.
Sin embargo, si una erupción no dura mucho tiempo, la contribución a los niveles medios de contaminación y a los efectos en la salud de la exposición a largo plazo será mínima, probablemente por debajo del nivel de detección.
En términos de efectos potenciales indirectos a largo plazo, los aerosoles de sulfato volcánico, formados como resultado de erupciones volcánicas explosivas, pueden afectar el clima al alterar la radiación solar entrante y la radiación térmica saliente que son parte del balance energético de la tierra.
También pueden afectar la distribución global del ozono estratosférico durante un período considerable después de una erupción.
Los posibles efectos sobre la salud son complejos y no inmediatos.
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