¿Hasta qué punto es posible mejorar la fiabilidad y alcance de las predicciones meteorológicas con los conocimientos que tiene la comunidad científica actualmente? No es la primera vez que nos planteamos esta cuestión.
A juicio de Francisco Valero Rodríguez, en una perspectiva de unos 15 años, los pronósticos deberían ser bastante fiables a 10 días de plazo, prever tendencias claras a un mes vista o detectar anomalías a escala climática global con un año de antelación.
Miembro de la Real Academia de Doctores de España
Estas palabras fueron compartidas durante la toma de posesión de Valero Rodríguez como Académico Correspondiente de la Sección de Ciencias Experimentales, de la Real Academia de Doctores de España (RADE).
Valero es catedrático del Departamento de Física de la Tierra, Astronomía y Astrofísica, de la Universidad Complutense, y colaborador del Centro de Astrobiología (INTA-CSIC), donde participa en misiones a Marte, como la REMS-Curiosity.
La incertidumbre
Todos sabemos que actualmente las previsiones meteorológicas mantienen cierto grado de error en sus pronósticos, los cuales se acrecientan con el aumento del rango del pronóstico o la intención de realizar una previsión muy detallada para un sitio muy concreto.
Esos fallos son lógicos: nos tenemos que rendir ante la evidente imposibilidad de realizar previsiones precisas más allá del límite que marcan los modelos numéricos, los computadores que realizan los cálculos o las imperfecciones en la toma de datos de las condiciones iniciales (actuales) de la atmósfera. De momento, la ciencia no puede hacer más…
Una rejilla de 1 Km2 para 2030
Si se analiza el actual ritmo de mejora de las herramientas predictivas, se observa que los modelos numéricos globales han ido mejorando su tasa de alta resolución de forma exponencial durante decenios y su capacidad predictiva a razón de un día cada diez años.
A juicio de Valero, aunque resulta aventurado extrapolar ambas tendencias hasta 2030 es muy probable que se pueda conseguir una reducción del tamaño de malla horizontal de hasta un kilómetro cuadrado y un aumento de capacidad predictiva adicional de dos días, respectivamente.
En la frontera del conocimiento
Para el científico la investigación meteorológica se encuentra en estos momentos en la frontera del conocimiento y su evolución pasa por adoptar la aproximación integrada del sistema terrestre hacia un sistema de predicción numérica ambiental de formidable complejidad científica, en la que juega un papel esencial la estrategia de alineación de los nuevos sistemas de predicción numérica meteorológica a un modelo terrestre global; así como la asimilación de datos meteorológicos.
En su toma de posesión afirmó que «con ello, la capacidad predictiva mejorará, sin duda, permitiendo avances realmente notables, no solo en el medio plazo, hasta diez días de adelanto, sino en las escalas mensual y estacional.
Y, no solo esto, si conseguimos desarrollar una aproximación sólida, conseguiremos también predecir patrones a gran escala, y, lo que es más difícil, transiciones de regímenes del tiempo o climáticos hasta con cuatro semanas de adelanto y anomalías a escala global hasta con un año de antelación, y de la meteorología de otros planetas».
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