La devastadora erupción del hijo del legendario volcán Krakatoa (Anak Krakatoa) y la reactivación del Etna, nos pone de nuevo en alerta alrespecto de la incidencia que losgrandes volcanes pueden tener en el clima del Planeta.

Precisamente la erupción del temido Krakatoa en 1883 fue la última gran alteración que nuestro clima sufrió por estas circunstancias.

Años antes, fue su vecino Tambora el que logró dejar a Europa sin verano y posteriormente, otros volcanes, en menor medida, han logrado bajar levemente la temperatura global del Planeta.

El año sin verano

La Historia recoge con detalle las consecuencias en el clima del Planeta que dejó el Tambora en 1816.

Se estima que tras su erupción en 1815, la temperatura de la Tierra bajó entre 0,4 y 0,7 ºC en los dos años siguientes, mientras que solo en 1816 pudo haber descendido 2,5 ºC, considerándose a 1816 el año sin verano en el norte de Europa y el nordeste americano.

En esas regiones el fin de la primavera y el verano de 1816 la nieve se dejó ver incluso en verano en zonas donde nunca lo ha vuelto a hacer posteriormente en esas fechas, registrándose olas de frío inusitadas para esa época del año.

Hambrunas y frío en verano

La emisión de millones de toneladas de polvo, cenizas volcánicas y dióxido de azufre veló la luz desol durante muchos meses, provocando alteraciones en la agricultura de Norteamérica y Eurasia.

Por poner dos ejemplos, en junio de 1816 una tormenta de nieve provocó muchas muertes en el Norte de EE.UU. mientras que en julio y agosto se observó hielo en ríos y lagos en latitudes tan al Sur como Pensilvania.

Hay datadas hambrunas en Gran Bretaña, Francia o China tras la erupción más grande conocida en 1.300 años, algo que coincidió con el final de la Pequeña Edad de Hielo a consecuencia de la disminución de la actividad solar.

Tambora y Krakatoa, dos volcanes muy violentos

Se estima que las cenizas del Tambora alcanzaron los 40 Km de altitud y que sus cenizas alcanzaron una superficie de 2.500.000 km2, convirtiendo el día en noche en 600 Km a la redonda.

La erupción se oyó a 2.500 Km de distancia y pudo expulsar 1.700.000 toneladas de cenizas y rocas.

El Krakatoa levantó una nube de ceniza que se estima que llegó a los 80 Km de altura, la más alta jamás alcanzada por un volcán, un factor fundamental para lograr alterar de forma significativa la temperatura global del Planeta.

Según podemos leer en este trabajo de Javier Cano Sánchez, tras la erupción de 20 de mayo de 1883, la nube de finas partículas fue arrastrada por los vientos del oeste extendiéndose alrededor del Planeta hacia la segunda semana de septiembre, llegando a latitudes más septentrionales, como Europa, hacia finales de noviembre.

Por su parte, las cenizas más  menudas giraron varias veces alrededor de la Tierra, mientras que las más gruesas cubrieron, al depositarse, más de 800.000 km2.

¿Por qué baja la temperatura global del Planeta?

La explicación se debe fundamentalmente a dos factores: la presencia del azufre en grandes proporciones y la altura a la que los humos y gases son elevados en la erupción.

Para que una erupción de este tipo sea capaz de modificar el clima del Planeta debe ocurrirque la nube de cenizas y gases sea capaz de llegar a la estratosfera, una zona de la atmósfera donde estos compuestos pueden bloquear la llegada de la energía solar.

Estos volcanes tan violentos son capaces de adentrar los contaminantes a esa altitud, algo que por ejemplo el Etna no parece estar capacitado para lograrlo.

El dióxido de azufre es fundamental

Y es que la presencia elevada de dióxido de azufre hace que la filtración dela luz solar sea más eficaz, contribuyendo de manera más importante a reducir la temperatura del Planeta.

La importancia de la latitud en la que esté el volcán

Las zonas ecuatoriales tienen la estratosfera mayor altitud que las regiones polares, por ello, la erupción de volcanes como el Agung (del que os hablamos hace poco) tienen menos opciones para que la ceniza y el azufre bloqueen la energía del sol.


Depósitos de sulfuros medidos en Groenlandia. El pico de 1816 corresponde a la erupción del Tambora, y el pico anterior en 1810 corresponde a la perturbación consecutiva a la erupción de un volcán desconocido, en 1808 (c) Wikipedia

En cambio otros como el Mount St. Helens, situado mucho más al Norte, sí que pueden provocar que las cenizas y gases tengan un acceso más fácil a la estratosfera pese a que las erupciones sean menos importantes.