La sequía vuelve afectar de forma intensa a zonas de Canarias y del sur y centro peninsulares

La sequía se recrudece y vuelve afectar de forma intensa a zonas de Canarias y del sur y centro peninsulares.

La falta de lluvias es alarmante en estas regiones y lo peor es que hemos pasado un tercio del año hidrológico sin precipitaciones apreciables en esas zonas, en una época del año en la que deberían de ser abundantes.

De momento, seguimos sin perspectiva de temporales de lluvias generales ni persistentes en el horizonte predictivo. Solamente, se atisba el desplazamiento del anticiclón hacia el Reino Unido, lo que dejaría que las borrascas se acercaran más a las Canarias e incluso a zonas meridionales de la Península si este bloqueo anticiclónico no abraza también con fuerza a la Ibérica.

El fantasma de la sequía vuelve a España. Se recrudece la falta de lluvias

Llevamos ya varios años sin temporales importantes de lluvia en el centro sur peninsular, ni en Canarias.

Estos últimos años, la visita de algunos temporales súbitos e intensos, normalmente asociados a DANAS han maquillado la estadística pluviométrica e incluso han aliviado las reservas de agua casi de forma milagrosa en ciertas cuencas.

Pero se echa en falta una racha realmente continua de lluvias asociadas a temporales atlánticos, que traigan las precipitaciones de forma consistente y duradera.

En los medios de comunicación empezamos a leer las primeras noticias al respecto pues la economía de los agricultores, ganaderos e incluso del sector servicios está íntimamente relacionada con los recursos hídricos.

Nos tememos que si las lluvias no son generosas en los inmediatos dos meses, las restricciones no solo lleguen al riego sino también al abastecimiento de los pueblos y ciudades de muchas de las zonas afectadas.

¿Estamos en sequía?

Los siguientes mapas nos muestran el valor de un índice de sequía denominado Índice de Precipitación Estandarizado (SPI, sigla de su nombre en inglés: Standardized Precipitation Index) para los últimos seis meses, un año y tres últimos años, confeccionado por la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).

Los mapas nos ilustran dónde se observan los mayores problemas de sequía en estos momentos, con los tonos rosas a naranjas y rojos.

Lógicamente, hay áreas de nuestra geografía que sí han tenido un régimen pluvimétrico bueno o aceptable, pero otras muchas zonas están en el caso opuesto o simplemente en un factor normal.

Ese normal, sería peligroso que no se corrigiera pronto, pues a partir de marzo los temporales son cada vez menos probables conforme nos acerquemos al verano.

Por ello, si nos vamos a una escala temporal mayor, a un balance de los últimos tres años, sí se observa una mayor franja de nuestro territorio atravesando una sequía.

Acerca del índice de sequía

El índice de sequía SPI se define como un valor numérico que representa el número de desviaciones estándar de la precipitación caída a lo largo del período de acumulación de que se trate, respecto de la media, una vez que la distribución original de la precipitación ha sido transformada a una distribución normal.

De este modo se define una escala de valores que se agrupa en tramos relacionados con el carácter de la precipitación.

Este índice fue diseñado con objeto de dar cuenta de las distintas maneras en que el déficit de lluvia afecta a los diferentes sistemas de recursos hídricos (humedad del suelo, aguas superficiales, aguas subterráneas, etc.).

Los mapas del Observatorio para la sequía en Europa, nos resaltan las zonas con estrés pluviométrico o de humedad en estos momentos.

Igualmente, este servicio nos permite conocer qué zonas del viejo continente cuentan con áreas de terreno cuya humedad está por debajo de lo normal.

La sequía se recrudece: balance de las cuencas hidrográficas

Si importante es que el campo goce de buena salud, con suficientes niveles de humedad en sus suelos, más lo es que las reservas hidrográficas tengan un volumen adecuado.

Pues bien, según informa el último boletín hidrológico que este martes ha publicado el Ministerio para la Transición Ecológica, las reservas de los embalses está ahora a un 40% en el conjunto del país.

Como es habitual, la peor situación está en el sur y sudeste. La del Guadalquivir o la de Guadalete-Barbate están un estado muy crítico. Y muy de cerca le siguen las cuencas del Segura, Mediterránea Andaluza y Duero.

Nuestra esperanza está en el bloqueo anticiclónico que se va a generar en torno a Reino Unido. En muchas ocasiones, no en todas, suele ser sinónimo de lluvias en el mediterráneo, tercio sur y Canarias. Esperemos que abra la puerta a temporales importantes de vientos ábregos.

Sequía meteorológica, sequía agrícola y sequía hidrológica

Es importante, siempre, recordar estos tres conceptos, gracias a las definiciones explicadas por Francisco Sánchez Gallardo.

“La sequía meteorológica puede definirse en función del grado de falta de agua, expresado a través de la reducción porcentual con respecto a la pluviometría media anual o estacional a largo plazo.»

Esta definición admite múltiples variaciones, puesto que su significado puede ir ligado a las condiciones propias de una región y depende de la actividad humana en relación a la cual se valora la pluviometría.

La sequía agrícola se refiere a una situación tal que la escasez de humedad en el suelo, durante un tiempo no excesivamente largo, produce un daño particular en un determinado cultivo.

La sequía hidrológica ocurre cuando el suministro de agua en la superficie y en el subsuelo es inferior a lo normal. El aspecto socioeconómico de la sequía surge cuando el suministro de agua es tal que empieza a afectar a la población.”