Una investigación analiza por qué hay menos rayos sobre los océanos

¿Por qué hay menos rayos sobre los océanos? Aunque la mayor parte de la lluvia cae sobre el agua del mar, las observaciones demuestran que las descargas eléctricas son proporcionalmente menores que sobre la zona continental.

Durante muchos años, los científicos han tratado de encontrar una explicación al respecto y ahora, una investigación realizada por varios expertos de diversas partes del mundo, cree haber dado con la respuesta.

La salinidad, el rocío marino, presente en el ambiente marino interfiere en el proceso de ionización de las nubes y por ello, se generan menos descargas eléctricas, menos rayos que en tierra.

¿Por qué hay menos rayos sobre los océanos?

El proceso de formación de un rayo es bien conocido. Los cumulonimbos llevan en su interior fuertes corrientes de aire ascendente en la que gotas de agua y partículas de diverso tamaño de hielo o de nieve, se entremezclan, chocan y generan cargas eléctricas.

Con el paso del tiempo, ciertas zonas de la nube se cargan negativamente y otras positivamente, hasta que la diferencia de potencial es suficiente para que la corriente eléctrica circule entre ambos polos y aparezca el rayo.

Si esa diferencia de potencial logra crearse con algún punto de la tierra o del mar, el rayo caerá bajo la nube.

¿Qué interfiere el proceso de carga de la nube?

Este trabajo de investigación demuestra que la existencia de partículas de sal, en el aire que rodea a los ambientes marinos, perjudica al proceso de carga del rayo.

Al igual que pasa con las partículas de polvo o de hollín, las partículas de sal favorecen la condensación del agua y provoca que las gotas se formen antes y sean más pesadas.

A consecuencia de ello, las gotas caen antes de que puedan cargarse eléctricamente y de forma global, en el seno de la nube, hay menos diferencia de potencial disponible para la formación del rayo.

Registros de rayos en tierra y mar

Los investigadores analizaron las mediciones globales de nubes y descargas de rayos, junto con las distribuciones esperadas de partículas de polvo, sal o agentes contaminantes en la atmósfera en todo el planeta.

Y descubrió que en las zonas con sal suspendida con niebla salina se registraba hasta un 90 % menos de rayos.

Este proceso, añaden los científicos, debe ser tenido en cuenta por los desarrolladores de los modelos meteorológicos a la hora de afinar el pronóstico de lluvias y tormentas en el entorno de los ambientes marinos.

Por último, el estudio también incide que no solo los aerosoles y las partículas salinas en particular influyen en la formación de los rayos. Variables como el viento y la temperatura, también podrían influir en la frecuencia con la que caen los rayos, tanto en la tierra como en el mar.

Y esto es algo en lo que deben profundizar futuras investigaciones.