La variabilidad climática detrás de la discrepancia entre modelos climáticos y calentamiento global observado
La discrepancia entre los modelos climáticos y las observaciones sobre el calentamiento global que realizan los satélites meteorológicos tienen una explicación.
Según un estudio de investigación, las variaciones climáticas que ocurren naturalmente en el Planeta ayudan a explicar esa discordancia entre los modelos climáticos y las observaciones satelitales del calentamiento global.
La mayoría de las simulaciones de modelos, los datos satelitales han mostrado constantemente un menor calentamiento de la atmósfera inferior de la Tierra.
Observaciones del calentamiento global por satélites meteorológicos
Como sabéis, las mediciones por satélite de los cambios en la temperatura atmosférica a escala mundial comenzaron a fines de 1978.
En esa época también se empezaron a estimar otros parámetros bioclimáticos, como la evolución de la banquisa ártica y antártica.
A lo largo de estos más de 40 años, los investigadores han comprobado que los modelos climáticos son demasiado sensibles a las emisiones de gases de efecto invernadero.
Es decir, sus resultados no serían del todo útiles para hacer proyecciones de cambio climático en el futuro.
La variabilidad climática explicaría la discrepancia entre las observaciones del calentamiento global y los modelos climáticos
Los científicos opinan que la diferencia entre el modelo y el satélite se debea las variaciones naturales del clima de la Tierra.
Un ejemplo claro sería El Niño-La Niña, un patrón climático capaz de modificar parámetros meteorológicos en todo el Planeta, sobre todo cuando son intensos.
Aunque distintos modelos climáticos tienen en cuenta este patrón, la sincronización de estos eventos no se logra aún conseguir correctamente con estas herramientas matemáticas.
Si bien los modelos están diseñados para simular el clima promedio, solo pueden simular el momento exacto de los eventos climáticos naturales por casualidad.
Cuando se concatenan varios episodios intensos de El Niño o La Niña, se produce alguna erupción volcánica importante o la actividad humana cesa por una pandemia como la del COVID, modificando la distribución de los gases de efecto invernadero, los modelos se alejan un tanto del comportamiento real de la atmósfera.
Los modelos climáticos suelen simular un calentamiento mayor que el calentamiento global real
En el estudio se indica que los modelos climáticos típicamente simulan un calentamiento sustancialmente mayor que los datos satelitales en la troposfera tropical.
Aproximadamente el 13 % de las más de 400 simulaciones mostraron el calentamiento de la troposfera tropical dentro del rango de los resultados de los satélites.
Además, las simulaciones que concuerdan con el registro del satélite tienden a exhibir un patrón de cambio de temperatura similar al de La Niña, al igual que las observaciones.
En definitiva, los modelos climáticos actuales pueden simular el calentamiento de la troposfera tropical que es consistente con las observaciones.
Pero, es probable que la variabilidad natural haya reducido el calentamiento de la troposfera durante la era de los satélites.
Algo que ocurre tanto en el mundo real como en simulaciones consistentes con las tasas de calentamiento de los satélites.
Hola Lectoir,aunque sea una impresión, es una realidad, constatable con datos, y no solo a nivel regional, peninsular, españa, sino mundial..Efectivamente, las temperaturas están subiendo mes a mes, y es, una constante.Las desviaciones positivas en el mercurio, de entre +5 ºC a +12 º C , de +6º C a +8 ºC, en el norte peninsular, nos llevará a valores propios de Junio, como bien indica la AEMET, siendo *excepcionalmente altas*, o más bien, añadiría, normalmente altas, porque la norma, está siendo la excepción y viceversa.Incluso en Canarias, es posible, que se alcancen puntualmente los 35 º C.En este enlace la Agencia Estatal de Meteorología, lanza un aviso , a principio de mes y de primavera, que nos va alterar a todos/As.
https://twitter.com/AEMET_Esp/status/1777601582751781322
Recordaréis, que el pasado mes de Abril del 2.023, ya tuvimos calor anómalo, siendo extremadamente seco y caluroso, el más desde que hay registros, con temperaturas que superaron los 35 grados, y que afectó, no sólo a España, sino a Portugal y Marruecos, dónde alcanzaron los 40 º C.Es algo que viene sucediendo desde hace meses, dónde los récord no dejan de caer, salvo raras excepciones .Marzo no ha sido frío, cómo algunos indican por ahí, una cosa es la percepción y otra los hechos, porque ha estado 0,5 ºC por encima de la media, en nuestro país, y 1,68 º C, por encima de la media a nivel mundial, desde la era preindustrial.Llevamos 12 meses, 1 largo año, con la temperatura terrestre desbocada, los más calurosos de la historia más reciente, 1,58º C, por encima de las medias pre-industriales. Y este mes en que nos encontramos, va camino de lo mismo, viendo modelizaciones, tendencias, y cómo se está comportando la atmósfera a gran escala en ¾ partes del mismo, las precipitaciones será nulas o escasas, con unas temperaturas, que irán al alza.Hemos pasado de la lluvia y la nieve, en una parte importante de nuestro país, al extremo opuesto, en un abrir y cerrar de ojos-Cambio Climático Abrupto-, con el consiguiente deshielo rápido y la desaparición de la nieve en las montañas.
Este año, nos coge mejor la situación que el pasado año, debido a las lluvias de marzo, en una parte importante del país, que no en el oriente español, donde las precipitaciones han sido escasas o nulas, con un déficit y estrés hídrico, impresionantes.Pero no hay que confiarse, porque si bien es cierto que hay mayor humedad, y que afrontamos mejor la situación que la pasado año , a estas alturas,la presión por la extensión de la agricultura intensiva de regadíos( + agua), más el turismo desbocado(+ agua), sumado a una mayor insolación, disminución de las precipitaciones rápidamente y el aumento de la temperatura imparable(- agua), hará, que haya una disminución vertiginosa, en los acuíferos, ríos y pantanos, y más, no contando , ya con los aportes, las reservas de nieve en nuestros montes. Por cada grado de aumento termométrico, la evaporación de la humedad de los suelos es exponencial, si sumamos, un viento constante, seco y cálido, más partículas de polvo en suspensión, que no refractan la luz solar. el aumento de los termómetros será aún más evidente, conllevando a una mayor Evapotranspiración, por parte de las plantas, con una menor disminución humídica en el terreno..De hecho en Mallorca. dónde vivo, Sóller, hubo un incendio forestal, hace tres días, que por la rapidez de los efectivos, fué sofocado.
No podemos ni debemos confiarnos, ni bajar la guardia, porque se está extendiendo por el planeta, debido al calentamiento global, un nuevo tipo de sequía, devastadora, la* Sequía Repentina*.Ya la sufrió la cuenca del río Yangtsé, en China en el 2.022, afectando a más de 400 millones de personas.En el 2.023, el pasado año, en Australia, fueron testigos de este evento climático de causas antropogénicas.
Las sequías repentinas, son aquéllas que ocurren y se intensifican, rápidamente, y sin previo aviso, y pueden llegar en cualquier época del año.Están ocurriendo en todo el mundo, son imprevisibles e impredecibles.Las sequías repentinas se desarrollan cuando grandes y repentinas caídas de las precipitaciones coinciden con temperaturas superiores a la media, cómo ocurrió en Nueva Gales del Sur, Australia.
Extracto estudio científico de investigación, sequías repentinas.
Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, Universidad Tecnológica de Sydney
The Climate Risk Group, Newcastle https://www.mdpi.com/2225-1154/12/4/49
*Una sequía repentina que devastó Upper Hunter de mayo a octubre de 2023 se desarrolló a pesar de que la región estaba libre de sequía apenas un mes antes. En ese momento, casi ningún lugar de Nueva Gales del Sur mostraba signos de una sequía inminente.*
Las precipitaciones habían estado por encima de la media
El sentido común informa que lanzar a la atmósfera de forma masiva y en corto periodo de tiempo el carbono de otras eras geológicas tiene que tener algún efecto sobre el clima. Sobre la base de la propiedad de algunas de esas moléculas de retener el calor.
Si además le sumamos la devastación de grandes extensiones de bosques, parece obvio que se altera el equilibrio de la atmósfera reciente.
Todo el sistema tecno-industrial depende íntimamente de estos equilibrios, y el resto también. El problema es que son recursos gratuitos, no entran en el balance de costes, y la escala temporal a la que se producen los cambios no altera los planes de inversión o transformación. Ni parece que haya un cataclismo en ciernes ni el mirar para otro lado obviando lo obvio sea inteligente.
Lo que está en juego es una forma de vida.
Si los recursos de la tierra cambian las sociedades también lo harán.
Ese futuro es una incógnita.
Hay que reconocer que muchos modelos se basan en datos de instalaciones meteorológicas que quedaron dentro de la expansión de ciudades y pueblos, por lo que el efecto isla de calor influye.
Mi impresión, y hablo de una impresión subjetiva, es que vivimos permanentemente en una bolsa de calor, sólo rota de manera puntual como sucedió en la Semana Santa pasada. Que casi permanentemente, al menos en España, la temperatura es extremadamente más alta de lo lógico para la época del año. Con una diferencia además aberrante; no hablamos de que si las máximas en enero debiesen estar en 12 grados tengamos 14, sino de que, durante semanas, en enero, estamos a 26 grados de máxima; de que si las noches en febrero, por poner un ejemplo, debiesen rondar los 7 grados de mínima, no son pocas las noches ese mes que no bajan de 18 grados. O sea, un clima completamente diferente del que correspondería vivir. Y ya, en este último año, no se trata de episodios puntuales, sino que es casi permanente. Primaveras y otoños típicos de 19 grados de máxima han dado lugar a semanas y semanas a 33 grados de máxima. Y una reducción masiva de las lluvias. Mi impresión es que ni la previsión más catastrofista para el año 2.100 contemplaba un escenario tan catastrófico como el que hemos vivido este último año. Hemos tenido muchos más días de calima que días de lluvia. E infinitamente más días de temperaturas por encima de los 7-10 grados respecto a lo que sería normal, que días en que la temperatura se ha ubicado 2 grados por debajo de la media.
En este enlace:
https://www.aemet.es/es/serviciosclimaticos/vigilancia_clima
Puedes contrastar los datos reales observados.